7. Secretos.

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Lauren vestía una playera negra, chamarra de cuero y pantalones negros a juego con unas botas. Camila tenía sentimientos encontrados, minutos antes estaba a punto de morir y ahora solo pensaba en la increíblemente sexy que se veía Lauren, por otro lado también se preguntaba qué hacía la ojiverde ahí. Miró a su padre quien le hizo una seña para que se calmara. ¿Qué estaba sucediendo?

-Me alegro que estemos todos juntos. Pasemos a mi despacho por favor. - Invitó Howard, Hailee lo siguió seguido de Alejandro. Camila seguía sus pasos cuando sintió que la tomaban del brazo. Se giró para encontrarse con aquellos intensos y preocupados ojos verdes.

- Hey, ¿podemos hablar un segundo? - El contacto de Lauren la recorrió de pies a cabeza con ese peculiar hormigueo. ¡Maldito cuerpo traidor!

- ¿Qué podría yo querer hablar contigo? Ni siquiera entiendo que haces aquí. Además estuviste a punto de matarme. - Camila podía cambiar su estado de ánimo en un abrir y cerrar de ojos.

- Es acerca de eso. - Rascó su nuca. - En ningún momento tu vida corrió peligro. Para cuando volteaste, ya había detenido la motocicleta. Luego empezaste a gritar.

- ¿Me estás llamando dramática?

- ¿Cómo? ¡No! No, solo quería aclarar lo que pasó, te vi muy asustada, sólo quería...

- Mira bruta - el veneno brotaba naturalmente de la garganta de Camila cuando se lo proponía - todo lo que tengas que aclarar, lo haremos adentro con mi padre y el señor Steinfeld. Yo que tú, mejor me iba por donde llegué, esto no va a terminar bien. - Dio media vuelta y entró en el despacho, Lauren suspiró

-Es tan solo una caprichosa-. y entró también.

- Por favor tomen asiento. Chicas, Alejandro, les presento a Lauren Jauregui Morgado, ex luchadora experta en artes marciales, mesera retirada, y a partir de mañana, la encargada de su seguridad

-¿Qué? Papá, ¿es una broma? - La cara de Camila era un poema. Hailee por su parte daba aplausitos.

-No lo creo Mila. La señorita -señalando con la cabeza a Lauren-, demostró ser capaz de encargarse de su seguridad.

-Yo no necesito una niñera, Alejandro. Además dijiste que sería un guardaespaldas, ésta - señalando a la ojiverde- por los que sé, sólo sabe lanzar golpes.

- ¡Camila basta!

- ¡Pero papá!

- Discúlpala Lauren, a veces hasta yo me sorprendo del comportamiento infantil de mi hija. - mientras se sobaba la sien. Lauren se mantenía quieta, ¿cuánto tiempo iba a soportar los desplantes de Camila?

- Hailee, -hablaba Steinfeld- ¿alguna objeción para que la señorita Jauregui sea tu guardaespaldas?

- No papi, ninguna.

- Siendo así...- Un teléfono interrumpía a Howard. Era el de Camila.

- Con permiso.- Y salió del despacho.

- ¿Puedo decir algo? - Lauren por fin iba a hablar.

- Adelante. -

- No creo que sea adecuado que me contraten si a una de las chicas a la que voy a acompañar la mayor parte del día, no le agrado. Eso solo hará las cosas incómodas.

- Ay Lauren, no te preocupes por Camila - Hailee jugaba con su cabello. - Se encapricha y al momento se le pasa, ¿no es así señor Cabello? - Alejandro asintió. - Verás que terminará amándote. - Lauren sintió un extraño hormigueo en su estómago. Su cuerpo también la traicionaba.

- Bueno, en vista de que la mayoría estamos de acuerdo, pasemos a firmar tu contrato Lauren.

- Esa es mi señal de salida, adiós papi. - Se despedía Hailee.

Yo te protejo. [Camren]Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon