27. Prejuicios

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Lauren la miró.

-¿Por qué? ¿por qué tendrías que renunciar a mí? - Camila desvío la mirada, parecía cansada de hablar.

- Ya te lo dije Lauren, por favor.

- Nada de lo que has dicho me hace comprender Camila, ¡no tiene nada que ver una cosa con la otra! - Ahora la ojiverde también elevaba la voz.

- ¡Quiero hacer las cosas bien! - Le gritó. - Quiero aprender a moverme en la empresa, a demostrarle a papá que está dejando su negocio en buenas manos. A cuidar su imagen.

- ¿Y eso cómo nos afecta Camila? - Lauren empezaba a temblar, le desesperaba no terminar de entender como esa situación las involucraba.

- ¡Mierda Lauren! ¡No quiero distracciones! - Camila se cubría la cara. - Y tú eres mi mayor distracción ahora.

Lauren no resistió más y cerró el espacio que la separaba de la morena. La tomó de la cintura y la jaló hacia su cuerpo, para después unir sus labios. Daba besos desesperados, no quería seguir escuchando a Camila, sólo quería sentirla.

-Soy tuya... - Susurró entre besos. - Eso me dijiste hace unos días, ¿recuerdas? Por favor, no me pidas que me aleje otra vez. - La voz de la ojiverde se quebraba poco a poco.

Camila se separó y empujó a la ojiverde de manera que cayera en el sillón. Se sentó sobre ella y comenzó a besarla pasionalmente. Atrapaba el labio inferior de la Lauren y lo jalaba. Las manos de Lauren viajaban por todo el cuerpo de la morena, que se movía de arriba a abajo para crear fricción entre ellas. Camila le iba quitando la chamarra. Entonces metió su lengua a la boca de Lauren, haciéndola jadear. - Camz... - Las manos de Lauren levantaban la blusa de Camila.

La morena se separó lentamente de la ojiverde para depositar una fuerte bofetada en su mejilla y posteriormente levantarse, arreglando su ropa.

-Vete Lauren.

- Camila no hagas esto.

- Tu trabajo sigue igual. Limítate a cruzar palabras conmigo. - Limpiaba sus lágrimas. - Lo harás sólo cuando sea estrictamente necesario.

Lauren suspiró. Tomó su chamarra y se la puso.

- Ojalá pudieras dejar de lado todos tus prejuicios Camila. A la única que afectan es a ti. - Lauren se ponía de pie. - La rosa es para ti. - Mientras terminaba de colocarse la prenda. - Y la razón por la que vine era para decirte que volveré a pelear. - Camila, que tenía la mirada gacha, giró a verla con los ojos muy abiertos. - Así que no te preocupes, cada vez falta menos para que ya no me veas más. - Arregló su cabello. - Adiós señorita Cabello. - Eso sólo terminó de romper su corazón.

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La motocicleta no funcionaba, Lauren echó un vistazo, pero no logró ver falla alguna. De la nada se descompuso.

Sabía que después de su discusión con Camila no era muy prudente pedirle que llamara al chofer para que le diera un aventón, así que solo atinó acercarse a la avenida para poder parar un taxi o algún auto que la llevara.

Ya cerca de la calle, caminó unos cien metros, pero se detuvo cuando, a lo lejos vislumbró los faros de un auto que apuntaban a su dirección. Levantó su mano para evitar que la luz le diera en la cara y entrecerró los ojos para ver si podía distinguir quien tenía las luces así. Sintió escalofríos cuando otro par de faros se prendieron. Detrás del primer auto había otro, de color oscuro, que era indistinguibles por la luz, excepto el primero, que se alcanzaba a distinguir. Era un auto rojo. Era el auto de cara. Ya lo suficientemente cerca se detuvieron.

Del primer auto bajó Cara. Se colocó a lado del transporte. Del otro carro se bajaron otras dos personas. Enormes personas.

Lauren pensó en correr, pero cuando iba dando la vuelta vio como otro auto se detenía en la otra dirección. Estaba acorralada.

Cara, seguida de los dos hombres, se iba acercando a paso lento a Lauren. Se detuvo cuando las separaba unos metros de distancia.

- Lauren, ¿qué sorpresa? - Decía mientras mantenía las manos metidas en su pantalón. La ojiverde instintivamente se puso en posición de batalla. Los hombres detrás de Cara hicieron lo mismo, y fue ahí cuando Lauren reconoció a uno. Era el hombre que logró escapar el día que asaltaron por primera vez a Camila, el de la cola de caballo y el tatuaje en la mano.

- ¿Me recuerdas bonita? - Dijo el sujeto al notar en la cara de Lauren que lo había reconocido.

- ¡Jajajaja! Te juro Lauren, en serio, te juro que no quería hacerte daño. Bueno, mentira, sí quiero hacerte poquito daño, pero me han ordenado que no te mate todavía. Lo que me supone una enorme molestia porque muero por meterte una bala en la cabeza. - Cara sacó la mano de su pantalón tomando un arma. Rascó su sien con la misma. - Y estoy dispuesta a dejarte con vida, pero me has... ¿Cómo decirlo? Ah ya, incomodado tanto. Desde que nos conocimos no has dejado de hurgar donde no debes. - Dio dos pasos más cerca de la ojiverde, quien a cada segundo que pasaba, se tensaba. - ¿Cuánto dinero quieres para alejarte de ella?

Lauren no respondió. No aceptaría nada. Y de todos modos daba igual, Camila no la quería más junto a ella.

-¿No? ¿Nada? - Lauren seguía con el ceño fruncido, y Cara sonreía-. Tienes dos opciones Jauregui: dejarme tranquila con Camila o unirte, ¿Qué dices? - Lauren no respondía ni se movía - Umm... Veo que Camila te gusta más de lo que te podría gustar el dinero y el poder. Y no seríamos un buen equipo, jajajajaja. En fin, por todo eso es que no puedo dejarte así como así. - Cara hizo una señal a sus hombres para que se fueran acercando a Lauren. - No te preocupes, no te van a matar. Sólo te van a dejar incapacitada físicamente, y quien sabe, si tienes suerte, a lo mejor y hasta te hacen perder el conocimiento antes de terminar el trabajo. - Cara sonrió al decir esto.

Lauren trató de recordar dónde había dejado su arma, ya que no la sentía, oh no. Estaba en la moto.

De pronto percibió como a su espalda alguien se acercaba, y sin más tiempo que perder giró de manera que su pierna se elevara para plantar su pie en la cara del tipo. El matón terminó en el suelo doliéndose por el golpe. Cuando Lauren volvió a los otros dos uno de ellos le lanzó un golpe directo al hígado, pero Lauren alcanzó a dar un salto hacia atrás para esquivarlo, el otro tipo que quedaba enfrente de ella lanzó una patada hacia sus pies para tirarla, pero Lauren la esquivó de un salto, el cual aprovechó para lanzarse con ambas piernas al pecho del tipo.

Rápidamente se puso de pie y los otros tres tipos también. Corrió hacia uno de ellos para saltar sobre él pero un objeto frío se colocó en su frente. Había olvidado que ahí estaba Cara, y que con ella llevaba un arma.

- Shh, shh, shh... Quédate quieta Lauren, ¿no ves que así no te pueden pegar? - Cara sonrió de manera retorcida.

Lo siguiente que sintió Lauren fue un golpe propinado por Cara en la barbilla que la hizo elevarse por los aires. La ojiverde se retorció un poco en el suelo, pero luego intentó ponerse de pie. Limpió el hilillo de sangre que salía de su boca.
- Por cierto, - Hablaba Cara. - sí sabes lo que te conviene, no vas a mencionarle nada de esto a Mila, ¿estamos? - De pronto, Lauren sintió un puño en el estómago que le sacó el aire. Mientras se tomaba el abdomen por el dolor, sintió otro golpe en la mejilla izquierda. Lauren cayó de rodillas, con sus manos en el suelo, escupiendo sangre.

- ¿Algo qué decir Storm? ¡Jajajaja! Qué ridículo nombre, y pensar que fuiste campeona hace tiempo. Mírate, de rodillas. ¿Ya vas a dejar de interferir? - Lauren suspiró, pero alcanzó a impulsarse con sus piernas y se puso de pie. Quedó en frente de Cara y le dio un golpe en la cara. - ¿Pero qué...? - La rubia se sostuvo la barbilla. Su cara se tornó en una mueca de rabia.

Uno de los matones tomó a Lauren por atrás. Cara estaba en cólera, se acercó a la ex luchadora y apuntó nuevamente su arma a la cabeza de la ojiverde.

- Eres estúpida, ¿no? - Limpió el rastro de sangre que corría por su boca. Luego quitó el seguro y apretó el gatillo.


Yo te protejo. [Camren]Where stories live. Discover now