23. Visitas.

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-Toma. - Lauren ofrecía uno de los vasos de café a Camila. Tan sólo habían pasado unas horas y la morena se veía exhausta.

- Gracias Lo.

- No hay de qué. - Decía brindándole una de las sonrisas más dulces que se puedan regalar.

- En serio Lauren, no sé qué haría sin ti. - La morena puso un beso en la mejilla de la ojiverde. Las chicas quedaron frente con frente.

Aquel momento era pura paz. Ambas sabían que no era necesario tocarse para saber que sus corazones latían rítmicamente. Sus respiraciones eran tranquilas. Aquello se sentía como una burbuja. Para Camila resultaba reconfortante saber que con la simple presencia de Lauren, todo a su alrededor parecía más simple, y aún así, mejor. Y para Lauren era lo mismo. Saber que tenía a Camila frente a ella era todo lo que necesitaba.

La ojiverde se tomó la molestia de tomar la mano de Camila y entrelazar los dedos. Camila se separó un poco para recostarse sobre el hombro de Lauren, aún con el café en la mano que le quedaba libre. Su pulgar acariciaba la parte de la mano de Lauren que se lo permitía, y Lauren hacía lo mismo. Dentro de ellas algo estaba creciendo, esa sensación de hormigueo que explota desde el centro de tu pecho y te invade hasta el último cabello. Una levedad completa que las hacía sentirse livianas. Todo estaba bien, aunque no fuera así, y todo iba a estar bien, aunque, sin que ellas lo supieran, no fuera así.

- ¿Familiares de Cabello? - La doctora de bata blanca llamaba nuevamente.Camila levantó la mirada y suspiró. Se sintió culpable: tenía que separarse de Lauren para ir con su padre. Mala hija. Le entregó el casi frío café a Lauren.

- Yo. - Se levantó con pesadez, contrario a como se sentía hace unos minutos, y caminó despacio hacia donde la médico la dirigía, no sin antes girar para mirar a Lauren y hacerle señas de que volvería, como una promesa para quién no verás por mucho tiempo. ¿Qué tanto debía preocuparle aquella ansiedad de separarse de Lauren a Camila?

Lauren se acomodó en su asiento y suspiró, sonriendo de medio lado y mirando los dos vasos de café en sus manos.

- Me quiere. - Lauren lo sabía. Lo sentía. Estaba segura que sus sentimientos eran correspondidos. Pero también le preocupaba que Camila no quisiera aceptarlos como sus acciones lo hacían.

- Señorita Jauregui - Una voz hizo que Lauren casi se pusiera en guardia por el peligro que representaban. - Diría que es una sorpresa verla por aquí, pero en realidad ya me acostumbré a su presencia, y al hecho de que es la sombra de Camila. - Mónica Belucci se quitaba las gafas negras. Vestía una blusa blanca lisa de mangas largas en cuello v, abotonada hasta el escote, acompañada de una falda larga que iba desde su vientre hasta debajo de la rodilla y unos tacones de aguja negros. Detrás de ella Cara vestía una blusa negra de tirantes con una chaqueta a juego y jeans con zapatos de vestir.

- Señora Belucci. - Lauren saludó sin levantarse, dirigiendo su mirada primero a Mónica y luego a Cara.

- ¿Dónde está Camila? - Preguntó Cara, ansiosa.

- Cara, ¿qué son esos modales? - Mónica puso su mano sobre el hombro de la ojiazul, que apretó los puños.

- Lauren. - Dijo ahora dirigiéndose a la ojiverde.

- Cara. - Contestó de vuelta.

- ¿Dónde... está... Camila? - Decía pausadamente, como conteniéndose.

- Fue a ver a su padre. - Las miradas de las dos chicas estaban fijas una con otra, como cada vez que se encontraban. La tensión podía cortarse con un cuchillo.

- Entonces esperaremos. - Interrumpió Mónica, sentándose a un lado de Lauren.

Lauren quería huír de ahí, pero dejar a Camila no era una opción. Buscó distracción en su teléfono, pero cuando estaba a punto de sacarlo, la voz de Belucci llamó su atención.

Yo te protejo. [Camren]Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon