Yo te protejo. [Camren]

35. Despido

- Buen día. - Saludó a una rubia.

- ¿Sí? - Subió la mirada con cara de pocos amigos.

- ¿Dónde puedo...? - Camila no terminó su frase cuando otra rubia llegó junto a la primera.

- ¿Oíste la noticia? - Preguntaba la rubia dos.

- ¿Cuál? ¿Tu nueva aventura? - Respondía la uno.

- ¡No! - Hacía un gesto de ofendida. - Bueno, hayas oído lo que hayas oído acerca de eso, no es verdad. - Las dos mujeres reían como tontas frente a la vista de la morena. ¿Así se veía cuando hablaba con Hailee? Sí.

- Entonces cuéntame tonta. - Con tono chillón.

- ¿En serio no lo has oído?

- ¡Ya dime!

- La hija del jefe tomará su lugar.

- Noooo... ¿Es una broma?

- No, - La rubia dos acomodaba su cabello sintiéndose como en comercial de shampoo. - Lo oí de varias personas. Llega hoy.

- Mira nada más. ¿La has visto?

- ¡Ni siquiera había oído de ella! Pero no espero mucho.

- ¿Por qué lo crees?

- Ay tonta, ¿has visto a las hijas de los hombres como el señor Cabello?

- Oooh... Ya veo tu punto.

- Debe ser tan idiota como tú. - Las dos rieron.

- No debe serlo más que tú. - Las risas eran ruidosas y molestas. Camila estaba quieta sin saber qué hacer. Por supuesto que se había enfrentado a mujeres peores, pero aquí no estaba en su ambiente. Aquí ni siquiera la conocían.

- Buen día señoritas. - Una voz llegó detrás de Camila.

- Señorita DeleVingne. - La rubia uno giraba totalmente sonrojada.

- Veo que usted y su amiga se divierte mucho.

- Ammm...

- No, continúen. Espero no estarlas interrumpiendo en su hora de trabajo, parece bastante productiva. - La rubia dos se fue retirando lentamente.

- Pues...

- También espero que su siguiente jefa tenga la paciencia suficiente para no despedirla por los comentarios tan desagradables que acaba de escuchar.

- ¿Jefa? - La rubia giró para ver a Camila, que estaba cruzada de brazos. - Oh Dios...

- Considerate despedida Taylor. - La rubia estaba atónita. - Pasaremos a la nueva oficina de la nueva presidenta. - Cara rodeó a Camila de los hombros y la dirigió a su oficina.

Ya adentro cerró con seguro.

- Debes ser más... Activa en esto. - la morena miró con curiosidad a Cara. - ¿Qué pasó con la Camila que regresaba la ensalada porque no tenía bien distribuido el aderezo? - La morena desvió su mirada. - Reacciona Camila. Hace rato sólo mirabas como esas dos te comían con sus comentarios. No hiciste ni dijiste nada.

- ¿Qué podía decirles? Esa es la opinión que tienen de mí, y no las culpo. No sé nada de esto...

- Pero con mi ayuda lo sabrás. - Camila asintió y se giró para encontrarse con la enorme oficina.

En medio había un moderno escritorio de caoba con una computadora del símbolo de la manzana, una tablet cargándose y una serie de folders en una esquina. En la orilla que daba hacia ella había una brillante placa donde se podía leer "CEO Camila Cabello". La morena pasó sus dedos por los bordes de las letras.