37. La leyenda del sol y la luna.

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La alarma sonó puntual a las 6 de la mañana. Camila quería tomar el pequeño aparato y reventarlo en la pared, pero recordó que necesitaba su celular para más tarde. La cabeza le martilleaba.

Se estiró, después se sentó en su cama. Lauren. No estaba por ningún lado. Pff... sí se fue. Camila comenzaba a molestarse, pero recordó haberle dicho que podía hacerlo. Bien.

Un ruido proveniente del baño la alertó.

Se puso de pie con algo de dificultad y comenzó a caminar al baño. La puerta se abrió y Lauren salió con una toalla cubriéndola.

-¡Lauren! Dios, me asustaste. - La ojiverde sonrió.

- Buenos días. - Dejó un tierno beso en la boca de la morena.

- No hagas eso. - Se sonrojó. Lauren levantó una ceja y se cruzó de brazos.

- ¿Por qué?

- Apesto.

- ¿Y? - Camila se lanzó sobre Lauren, rodeando su cintura con sus piernas y ocultando su cara en su cuello.

- Creí que te habías ido.

- Iba a hacerlo, pero preferí quedarme.

- ¿Por qué te bañaste? - Camila sacaba su cara y miraba de frente a Lauren.

- Porque soy una persona higiénica.

- Quiero decir, ¿por qué te bañaste sin mí? - Lauren abrió la boca para decir algo, pero nada salió de su boca. Camila sonrió.

- Bien, es mi turno. - Al bajarse, accidentalmente se llevó la toalla de Lauren, mostrando su completa desnudez. Camila se quedó quieta mirándola con los tan abiertos como fuera posible. Lauren reaccionó tardíamente agachándose por su toalla y colocándola torpemente encima de ella. - Bueno, todo cambia cuando no tienes un bikini encima. - Lauren estaba sonrojada. La morena pasó a su lado, luego se escuchó cómo cerró la puerta del baño. Al encontrarse a solas, ambas suspiraron exageradamente. Camila tenía un subidon de calentura difícil de quitar. Estaba a punto de lanzarse nuevamente encima de Lauren, pero se contuvo más que nada por su aspecto. Tenía resaca. Un baño de agua fría le iba a caer muy bien.

Por su parte, Lauren estaba igual. La mirada de Camila sobre ella la había encendido terriblemente. Vio el deseo y la lujuria que emanaba la morena al verla, y le gustaba. Mucho. Lauren no era ninguna pervertida, pero si su desnudez hacia a Camila mirarla de ese modo, andaría sin ropa por ahí sólo por provocar a la morena.

La tensión entre ambas crecía cada día más, y eso solo podría disminuir, o aumentar más, de una sola manera.

Minutos después Camila salió del baño. Lauren ya no estaba en su habitación.

Rápidamente se cambió y bajó para encontrar a la ojiverde en el desayunador. Su cabeza estaba sobre su mano y su pecho subía y bajaba lentamente. Estaba profundamente dormida.

Camila revisó que no hubiera nadie alrededor. Al comprobar que estaban solas, besó a su novia.

Lauren abrió los ojos perezosamente, al notarlo, Camila fue introduciendo su lengua lentamente en su boca haciendo a la ex luchadora suspirar.

Lauren abrió las piernas para que Camila se acomodara entre ellas, y después rodeara su cuello con sus brazos.

Alguien se aclaró la garganta.

Las dos se soltaron, y giraron a ver de quién se trataba.

- Hay suficientes habitaciones para lo que estaban haciendo, y sin embargo eligen la cocina. - Sofi entraba para tomar un tazón, sacar leche y cereal. - Buenos días.

Yo te protejo. [Camren]Where stories live. Discover now