Cara a Cara (Parte 2)

28 3 0
                                    

Capítulo 24.

-Rose-

Una fuerte punzada en mi cabeza me despierta con dolor, todo me da vueltas, no entiendo que sucedió, no recuerdo haber comido algo que me cayese mal. Me cuesta mucho moverme, tanto que ni los ojos puedo abrir, mis manos están adoloridas y presionadas, pero no se compara con un fuerte dolor que me da en el tobillo derecho, aun intento abrir los ojos, mis pestañas parecen adheridas entre ellas, distingo algo, ya mis ojos comienzan abrirse, miro a mi alrededor como si fuese un visor.

Mis manos están atadas al igual que mi tobillo, ese es lo que me tiene tan adolorida, están amarrados tan fuertes que me presionan, todo estaba oscuro hasta que se revelaron unos rayos de sol que iluminan un poco este lugar, por cierto, ¿Dónde rayos estoy?

Algo se mueve detrás de mí, me estoy asustando, ¿Será una rata?

- ¡Una rata! - Grito pensando en que es una rata, aunque en verdad no sé que es.

- ¡Rose! Soy Jefferson, ¿Estás bien? - Responde detrás de mí atados con la misma cuerda del tobillo.

- ¡Jeff! - Exclamo de alivio. - ¿Dónde estamos?

- No tengo idea Rose, ¿Dónde están los demás? - Responde.

- Estoy seguro que esto es obra del Asesino, tenemos que intentar salir de aquí Rose, es posible que seamos los próximos.

- De acuerdo, pero quiero saber donde están los demás, espero no estén en peligro.

No debe faltar mucho para que anochezca y cuando lo sea, será difícil ver, la cabeza me duele cada vez que intento esforzar la vista para buscar una salida o algo que nos desate.

- Rose, ¿Recuerdas algo, por lo más insignificante que sea para ti? - Pregunta.

- No, acabo de despertar, no creo que lo que nos paso fue un simple cansancio, algo nos dieron para caer en este estado y traernos fácilmente a éste lugar. - Respondo intentado recordar algo pero es imposible, aunque...- ¡Claro!, los jugos, el Asesino le agrego algo a los jugos para que nos debilitamos fácilmente para poder trasladarnos hasta acá sin tener que preocuparse por nosotros.

- Oh si claro, tienes razón, todos tomamos de esos jugos, debió haberle agregado una especie de droga o algo así.

Por un lado de las cosas, me siento tan calmada de saber que Carlos no tiene nada que ver con esto, además está a salvo en el departamento de policías. Por un momento me sentí la chica más infeliz al saber que el chico que me gusta es el posible asesino de mis amigos, juro que casi me desmallo, y a la vez lo odié, pero las dudas no me dejaban expresarme hacia él.

- ¡Oye Rose mira! - Indica Jeff a una cosa que se ilumina a unos pocos metros de nosotros.

- ¿Acaso es lo que yo creo? - Pregunto mientras pienso que es un celular. - ¡Es mi celular!

- Yo lo tomaré, estoy más cerca de él que tu.

¿Qué clase de trampa es ésta?, seamos claros, un Asesino serial nunca dejaría un celular al alcance de sus víctimas, ya que si la víctima toma el celular y tiene señal, todos sus planes se vendrían abajo. Aunque por otro lado, si llegamos a llamar a la policía, el Asesino tendría muchos más motivos para matarnos de una vez por todas.

- ¡Jefferson no marques nada! - Exclamo al ver el celular en sus manos atadas. - Creo que es una trampa.

- ¿A qué te refieres? - Pregunta después de presionar el primer número.

- No creerás que el Asesino nos va a dejar un celular para facilitar nuestra salida, ¿O sí? - Explico con Sarcasmo. - Ese celular me parece... ¡Es mi celular Jeff!

El Lado Oscuro de la Máscara©حيث تعيش القصص. اكتشف الآن