Capítulo XXII
Ten cuidado con lo que haces.
Acababa de despedirme de Santiago y todavía no lo podía creer, pasamos un tarde tan especial, no podía decirle esto a él porque no quería aumentar su ego, pero sé que soy afortunada de estar con él y él de estar conmigo porque cada momento que pasamos juntos es tan único y tan real que no me cambio por nadie.
En mi habitación, revisé mi celular y tenía llamadas pérdidas de Chris, mamá y de Adrián.
¿Qué querría Adrián? Creí que habíamos dejado todo claro. Revisé los mensajes y ahí estaba el de mamá, diciendo que llegaría tarde y comería por fuera, supuse que más tarde tendría que pedir pizza o algo.
Luego llamé a Chris.
-Hola Isa, Isa.
-Hola, Chris ¿cómo estás? – su respuesta fue un suspiro.
-¿Estás bien?
-Tuve una discusión con Ana y creo que... terminamos – me quedé en silencio un momento sin estar segura de qué decir, sólo salió.
-¿Es definitivo?
-No lo sé, pero lo hizo parecer así.
-Tal vez, sólo estaba molesta; estoy segura que después lo arreglan. – hubo otro silencio, era mal síntoma, Chris siempre era muy hablador.
-¿Sabes? Tienes razón, tal vez sólo esté molesta. Oye me tengo ir, te llamo luego.
-¿Seguro? ¿No quieres que nos veamos y no sé.... hablar?
-No, primita, estoy bien, si pasa algo te llamo de nuevo.
-Ok, te quiero.
-Yo igual, un beso – y me colgó.
Chris me dejaba un tanto preocupada, quiero decir, su relación con Ana es de mucho tiempo, me imagino que habrán tenido muchas discusiones, Santiago y yo prácticamente estamos discutiendo desde que nos vimos por primera vez, así que no debía ser gran cosa.
Dejé el teléfono a un lado para tomar una ducha, pero antes de encender el reproductor para escuchar música, sonó mi celular, mire la pantalla y era Adrián de nuevo, no estaba segura de contestar, pero él volvió a insistir.
-¿Adrián?
-Hola, Isabella. – sonaba algo sombrío, ¿qué les pasaba a todos hoy?
-¿Pasa algo?
-¿Estás ocupada?
-Eh...no ¿Por qué?
-¿Puedes salir un rato? – preguntó vacilante.
-Adrián sabes que... - comencé.
-Lo sé, sé qué a Santiago le molesta, pero tengo una situación...y...yo sólo quería...
-¿Qué pasa Adrián? – me estaba empezando a preocupar de verdad ¿en qué se había metido?
-Sé que es te estoy pidiendo demasiado pero necesito hablar con alguien y la primera persona que se me vino a la cabeza eres tú.
-¿Yo? ¿Por qué?
-No lo sé...yo...olvídalo, disculpa por molestarte, te veo luego.
-Adrián espera.
-¿Sí? – sabía que me querría matar por lo que estaba a punto de decir, pero se lo debía, el día que tuve problemas con mis amigos, él fue de ayuda.
-Tengo algo de tiempo antes de que llegué mi mamá.
-Isabella no tienes que...
-¿Me recoges o no? – estuvo en silencio un momento y dijo.