Capítulo Nueve- Extra

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Extra Capítulo IX

Conociendo a Santiago

-Puedes usarlo – dijo ella y salió casi corriendo.

Santiago quiso decirle algo, tomarla de su mano para que hablaran o cualquier estupidez que se le ocurriera, pero ella se fue tan rápido y de todas formas no sabía que decirle, en especial a ella, comenzarían a discutir y ambos eran igual de tercos, la discusión que uno de los dos no perdía, la empataban.

Vio el display de su móvil, tenía una imagen de ella con una blusa verde aguamarina que le dejaba descubiertos sus hombros, estaba en un jardín y sonreía hacia algún lado. Ella debería sonreír más seguido pensó él, bueno de hecho lo hace, pero nunca cuando Santiago le hablaba o estaba presente, de verdad lo odiaba, dedujo él.

Sabía que en parte era su culpa, por haberla besado el lunes; pero es que le molestó tanto que lo compara con ese pelmazo de Adrián que no soporta ver ni de lejos, y nunca iba a soportar por lo que hizo aquella vez, golpeó el borde de la cama, en realidad le molestaba recordar lo ocurrido, prefería no pensar en ello.

Santiago sabía que Adrián nunca cambiaría, nada más el primer día de clase y ya estaba encima de las del grado de abajo, y fue tan rápido en conseguir a Isabella. Él recuerda que esa chica antes de estar en el cuarto con Adrián, muy seguramente besuqueándose, había discutido con él por las cervezas.

Él jamás pensó que una chica que apenas conocía le hablaría así, generalmente le sonríen y lo hacen sentir importante, aunque él sepa que es por su físico y por ser el capitán de Baloncesto; pero Isabella, es definitivamente otra historia, ella  nunca se queda callada cuando algo le molesta, y por lo visto le gusta vengarse, él sonrió recordando la broma del sándwich; también el incidente del libro, pero no pudo evitar la carcajada cuando recordó la cara que puso ella el día que entregó ese libro para adultos delante de su profesor de literatura, ella lucía como si quisiera abrir un hueco en la tierra o saltar por la ventana.

Él se sentó en la cama, y vio el registro de llamadas y efectivamente estaba su número. De verdad no había sido él, pero sí estaba seguro de quien fue la de la bromita, seguramente la que le pidió que consiguiera un teléfono, se pasó una  mano por el cabello y se levantó para buscar a su amiga Norah; si Norah supiera que Isabella pensaba que es su novia, haría otra estupidez parecida.

Bajó y encontró a su amiga tendida bronceándose, Norah tenía sus gafas de sol puestas, se las levantó y le dijo:

-¿Conseguiste el teléfono?

-Si, y ¿sabes?, paso algo bastante curioso – ella abrió sus ojos y dijo:

-¿Paso algo con esa chica? – dijo mirando a Isabella.

-No la mires así, pensará que estamos hablando de ella.

-Primero mi querido amigo, casi hermano, estamos hablando de ella y segundo yo la veo muy entretenida hablando con el chico rubio – 

Sí, ella hablaba con él y muy entretenida como decía Norah, seguramente era otro idiota casanova como Adrián, apenas vio a Isabella la trató como si fueran muy amigos, él no sabía por qué le molestaba eso, giró la cabeza a su amiga y le dijo:

-Lo sé, pero disimula un poco ¿quieres?

-Como digas, pero ¿me vas a decir que paso?

-Imagínate que mi teléfono extrañamente si tenía señal, y ¿sabes por qué?

-Ah, ¿si tenía señal?, y no la verdad no sé porque – ella bajo sus gafas de sol a sus ojos de nuevo y se recostó como si fuese indiferente.

-Porque mi celular recibió una llamada del celular de Isabella, porque de alguna forma alguien había llamado de mi celular al de ella, ¿tienes algo que decir al respecto?

AMORES QUE NO MUERENWhere stories live. Discover now