Capítulo quince

3.4K 29 13
                                    

Capítulo XV

Labios descontrolados

Entré a casa y mi mamá no estaba, así que le marqué a su celular:

-Hola mi niña.

-Hola mami, ¿Dónde andas?

-Tuve que salir, llego por ahí a las 9, me surgió algo, más tarde te cuento.

-Ok, mami, ¿Vienes a cenar?

-No, cariño, yo ceno por aquí, pero te dejé preparada la tuya, dos sándwiches y un poco de jugo.

-Gracias mami, te veo en un rato.

Colgué el teléfono y entré en mi cuarto, boté las llaves encima de cama y después de un suspiro de cansancio porque cada vez me enredaba más, marqué el número de Santiago. Después del segundo bip contestó.

-Hola Isabella.

-Santiago.

-¿Cómo estás?

-Con una pequeño dolor de cabeza por haber dormido toda la tarde, pero del resto bien.

-¿Ya te tomaste algo?

-Más tarde, ¿Y tú cómo estás?

-Bien, gracias.

Nos quedamos en silencio unos segundos, esa voz ronca me resultaba igual de seductora al otro lado de la línea, aclaré mi garganta y le dije:

- Santiago, te llamaba para decirte que si le podías pedir a tu amiga Norah mi iPod, olvidé pedírselo esta mañana.

-¿Ella se quedó con tu iPod? No te preocupes, en un momento se lo pido y ya te lo llevo.

-No, no es necesario, de verdad que me lo puedes llevar mañana en el insti.

-Tal vez no la encuentre mañana en la mañana.

-No hay problema, se lo pides cuando la veas.

-No te preocupes, en media hora estoy allá.

-Como digas, entonces te espero.

¡Mierda! ¡Iba venir a mi casa! , ¿Me cambio? Pensé. No así estaba bien para recibirlo, me maquillé un poco, y mientras llegaba abrí mi ordenador. Entré en YouTube y busqué Te aviso, te anuncio de Shakira y la puse a todo volumen, esa canción me ponía a mil, mientras bailoteaba y cantaba, sonó el timbre.

Abrí la puerta y ¡Era él! Me saltó el corazón cuando lo vi, el me dio una de esas sonrisas matadoras, yo se la devolví.

-Viniste rápido.

-Soy rápido.

-No lo dudo.

-¿No me invitas a seguir?

-Claro, pasa – dije haciéndome a un lado y cerrando la puerta tras de mí.

-¿Quieres algo de tomar?

-Seguro.

-Dame un momento y te traigo un poco de refresco.

-Dale, te espero.

Mientras fui y volví de la cocina, el observaba fotografías que teníamos mi mamá y yo.

-Aquí tienes.

-Gracias – dijo sonriendo.

-Aquí tienes tu iPod.

-De verdad que no tenías que molestarte.

-No es molestia, además estaba aburrido en casa.

-Lo que digas.

-¿Quién es ese chico que sale contigo? – dijo señalando una fotografía donde tenía cinco años y mi primo Chris me tenía alzada sonriendo.

AMORES QUE NO MUERENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora