- ¿Entonces ahora sales a bailar sin mí? - le dije a Valentina, entrando al salón de clases.
- Tu estabas con Santiago, y por eso llamé a Andrea y salimos un rato, pero creo que se me fue la mano con las margaritas y terminé en casa de ella.
- Bueno, parece que hoy Nick no ha llegado. - le dije a Valentina.
- Sí, ya vendrá luego, no nos podrá evitar por todo el año.
- No sé si debería hablar con él. No sé qué decirle.
- Tal vez deberíamos darle tiempo al tiempo. - dijo mi amiga.
- Tienes razón, son demasiadas cosas por solucionar. -
Se que debía hablarle a Nick, pero después de saber lo de Valen, preferí esperar, también para darle tiempo a ella y no empeorar las cosas.
Después de horas de clase, encontré a Santiago.
- Isa, vienes hoy a mi casa, mis papás le hacen una bienvenida a mi hermano y me gustaría que me acompañaras.
Pensé que era demasiado rápido para conocer a su familia, pero cómo le decía que no.
- Tu hermano llegó rápido.
- Sí, pero ¿vienes?
- ¿A qué hora me recoges? - el sonrió y me respondió:
- A las siete estoy en tu casa, cariño.
- Perfecto. - le di un beso corto y sonó el timbre para volver a clases.
Cuando entré a clases, Nick estaba allí, pero lejos de nosotras y hablando con los de baloncesto. Yo me quedé mirándolo, esperando que el dijera o hiciera algo y sólo asintió en mi dirección y en seguida entró el profesor. Valentina me miró desconcertada y le hice la seña de que hablaríamos más tarde.
Justo cuando acabaron las clases creí que hablaría con mis amigos, pero en la entrada estaba esperándome Santiago, el me dio un beso y dijo:
- Hoy no hay entrenamiento, ¿te llevo a tu casa? -
No respondí y miré a Valentina, ella me dijo - No hay problema, ve adelante que yo tengo que hacer algo antes.
- ¿Estas segura?
- Claro, te veo luego. - Y Valentina se fue
- ¿Quieres ir por un café? - preguntó él.
- Solo si viene con una tarta.
- Eso no es problema - tomó mi mano y nos fuimos a Hera Coffee.
Después de hablar de todo un poco y sentados disfrutando la compañía del otro, decidí que quería saber qué había sucedido con Adrián.
- Cariño, ya que estamos bien, ¿podrías contarme por fin que pasó con Adrián?
Santiago frunció el ceño y me miró decepcionado.
- De verdad estás pensando en él justo ahora.
- Estoy pensando en lo que pasó entre los dos, y que no me has querido contar.
- No es nada que quieras saber.
- Si te pregunto es porque lo quiero saber. - Santiago suspiró y dijo:
- No vas a parar hasta que lo sepas ¿No es así?
- Puedes estar seguro de eso.
- Esta bien.
Fue hace unos años, Adrían y yo solíamos ser buenos amigos, y era mi suplente en el equipo de baloncesto.
- ¿Adrián estaba en el equipo? ¿Por qué ya no?
