loverboy capítulo 27. || "¿cómo está mi nariz?"

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Siempre tuve una extraña fascinación por los hospitales, aunque también debo decir que los odiaba de cierta manera. No es que me haya pasado nada traumante cuando era pequeña, si no que simplemente me parecen un lugar muy.... Pesado. En estas cuatro paredes blancas prácticamente le confías tu vida a una persona que apenas conoces. En estas cuatro paredes blancas tu vida puede terminar con un simple corte de piel, tan rápido como en un abrir y cerrar de ojos. En estas cuatro paredes blancas hay llantos y sollozos, como también hay gritos de emoción y abrazos. Supongo que eso es lo que hace a los doctores querer estudiar medicina: el constante beep de las máquinas, el sonido de los utensilios de operación, la sirena de las ambulancias, y ese estallido que se produce cuando los paramédicos abren con la camilla del paciente la puerta de la sala de emergencias. Todo está en constante y perfecta armonía. El perfecto contraste entre la vida y la muerte. 

El doctor nos guió a la habitación de Nathan en el hospital y nos dejó solos cuando entramos ya que iba a atender a otro paciente mientras Nathan despertaba. Jay estaba adelante de mí y como era mucho más grande que yo, estaba de cara a su espalda, así que me tuve que armar de coraje para volver a ver a Nathan. Sólo esperaba que estuviera mejor. Nunca olvidaré el momento en el que su sangre corría por mis manos y cuando mi corazón se aceleró y me di cuenta que todo aquello era por mi culpa. No podía asociar aquella escena con el pensamiento de que le pertenecía a él, porque era imposible que todo eso pasase por..... ¿Amor? Definitivamente todo esto ocurre por amor. Es algo sorprendente el hecho de que Nathan llegó al punto de hacer esto por mí... Y yo lo traté de esa forma al intentar olvidarme de él cuando usé a alguien que no amaba para sacarlo de mi cabeza... Nunca debí hacerlo.

Agradecí que llevaba mi sweater puesto, ya que se me bajó la temperatura corporal cuando volví a ver a Nathan. Definitivamente no estaba como antes. Solo tiene vendajes en la parte posterior de la cabeza. Me alivié, ya que no fue la misma imagen lúgubre de la tienda. 

- Jay. - dije con un tono de voz monótono mientras me sentaba en la silla que se encontraba al lado de la cama de Nathan. Sujeté mis manos al asiento mientras mordía mis labios. Estaba nerviosa. No sabía qué podía pasar. Aunque Nathan no tenía ninguna máquina que monitoreara sus latidos de su corazón -electrocardiógrafo, mejor dicho- sentía el sonido de los intermitentes beeps en mi cabeza, y sentía que en cualquier momento escucharía un beep largo y constante, sin interrupciones. Y aunque sea la máquina inexistente de Nathan la que anuncié su muerte, también determinará el fin de mi existencia. El fin de mi vida. - ¿tu crees que sea algo grave? - terminé de preguntarle a Jay.

- no lo sé Ashley..... Tu fuiste la que vio el golpe. - dijo Jay, mirándo fijamente al piso con ojos vacíos. 

Recordé el momento y por un instante deseé no haberlo hecho. Recordé cuando su cráneo rompió el vidrio y como sentía que se me iba la vida. Tal vez sea sólo un simple corte, me dije a mí misma tratando de calmarme. Hundí mis uñas en mis manos hasta que me dolió. Eso me relajó un poco. 

El doctor se asomó por la puerta y nos dijo que no hubo necesidad de operarlo, lo que nos hizo suspirar de alivio a Jay y a mí. Supongo que era un día ocupado para el hospital, se le notaba cansado y apurado. También mencionó que uno de los vidrios provocó un corte profundo en la cabeza de Nathan, y que los otros pedazos más pequeños cortaron un poco, por lo cual tuvieron que hacerle una resonancia magnética para ver si podía tener una contusión cerebral debido al golpe y la caída que sufrió. Cerró la puerta diciéndo que iba a buscar los resultados de la resonancia mágnetica de Nathan y que ya regresaba. 

Era increíble que un malentendido pudiera causar aquel problema. Me hizo recordar que la vida humana pende de un hilo y es tan frágil como un.... vidrio. Vidrio, pienso, e instantáneamente siento miles de diminutos puntos de dolor en mi piel. Le eché un vistazo a mi brazo y me llamó la atención un pequeño destello de luz que de él provenía. No, no era un destello, era un reflejo. A mi también me cayó vidrio. Traté de quitarme la sudadera -o hoodie, como le quieran decir- que tenía, pero al levantar mis brazos para sacármela por la cabeza, sentí que un pedazo que supuse que no era tan pequeño como los otros me cortó un poco la piel. Hice una mueca de dolor y Jay me vio.

- Jay, ven acá, ayúdame a sacarme esto. También me cayeron vidrios. - digo y respiro profundamente. 

Loverboy ~ Nathan Sykes Fanfic (versión español).Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang