Loverboy ~ Nathan Sykes Fanfic (versión español).

loverboy capítulo 30. || "Au revoir, New York."

PDV de Ashley (Punto de Vista) 

Me desperté con Nathan plantando besos suaves en mi cuello, aunque enviaba numerosos escalofríos por mi espalda, sentí la ansia de pararlo de inmediato. Sonreí y abrí mis ojos, la luz deslumbrante que entraba por las cortina hacia que mis ojos me comenzaran a doler. - Nathan, por favor detente... - logré decir entre pequeñas risas. 

- buenos días hermosa. - paró con sus acciones por solo unos segundos y miró profundamente a mis ojos, una sonrisa cálida brillando entre sus labios. Me derretí. Aunque le dije que parara, continuó besando mi cuello, lo cual me hizo apoyar mi cabeza en la almohada de nuevo. 

Suspiré, mi cerebro enviando reacciones químicas por todo mi cuerpo. - Nathan.... - gemí. Él me escuchó, y supongo que estaba orgulloso de lo que me hacía sentir, porque sus besos comenzaron a intensificarse, hasta que aterrizó en mis labios. Me besó y sentí como sonreía dentro del gesto, lo cual me hizo sonreír a mi también. Era hermoso estar con él de nuevo. No podía estar más feliz. 

Nos detuvimos, pero aún estábamos a centímetros del otro. - amo que tu cara es lo primero que veo cuando despierto. - le dije y me ruboricé de inmediato. Miré a otro lado porque podía sentir que me estaba mirando con esa cara de "y por qué no me dijiste eso antes", sus cejas levantadas. 

- amo que lo ames. - comentó y me comenzó a besarme de nuevo, volviéndome loca. 

- Nathan, okay por favor para ahora. Yo no quiero que... - dije, pero mi voz se apagó mientras seguía hablando. Me enrojecí aún más. 

- ¿tú. - besó mi cuello. - no. - me besó de nuevo. - quieres. - y de nuevo. - hacer. - y de nuevo. - qué? - Y de nuevo. - ¿tú no quieres hacer qué? - dijo la oración completa, sin interrupciones. 

Reí un poco y lo empujé gentilmente. - okay Sykes, aléjate. - volteé mis ojos jugando. 

Levantó sus hombros para mostrar indiferencia. - esta bien, Underwood. - se levantó de la cama y arregló sus pantalones deportivos. - ven acá. - me dijo, extendiendo su brazo izquierdo hacia mí para que lo tomara. Cuando lo hice, salí de la cama. - te tengo una sorpresa. - susurró en mi oído. 

Honestamente, no sabía a dónde íbamos, aunque conocía New York mejor que él. Estábamos bajando por la Avenida Broadway, y juro que aún estaba fascinada por la belleza extraña de esta ciudad. Sé que es una jungla de cemento, pero algo de este lugar era tan... Extraño, mágicamente extraño. Es usual sentirse atrapado aquí, rodeado por todos estos rascacielos y personas con apuros, porque también estaba cansada de eso también, pero de repente, desde que estaba con Nathan, todo parecía brillar. O tal vez esta ciudad apestaba y yo estaba exagerando, porque ese es uno de los efectos de estar enamorado: exagerar la belleza de las cosas. Estar con Nathan hacía a todo mejor. Era como si con pudiera sentir de nuevo, porque era un alma solitaria hasta que tropecé con él esa tarde de verano en el Starbucks. 

El taxi se detuvo y traté de adivinar el lugar en donde me llevaba. Podía ser en cualquier lugar, porque el taxi tal vez se paró allí ya que la acera estaba repleta de carros. 

Nathan salió del carro y abrió mi puerta del otro lado y le agradecí. Inhalé el aire frío, haciendo que mis pulmones se congelaran por un segundo. El otoño llegaba, y el verano se iba. Pronto tendría que regresar a la universidad.... 

Nathan tomó mi mano y regresé a la realidad: era la primera vez que salía con él, todos pensaban que no estábamos juntos como pareja. Ni siquiera Jay. Oh, espero que Jayne no se moleste por eso. Me sentí inquieta mientras caminabamos por la calle, porque todo iba a regresar: el odio y amor de los fans, las emociones mezcladas y el ímpetu de ser perseguida por papparazzis. Me pregunté lo que los tabloides iban a decir sobre nosotros: "Nathan Sykes hipnotizado por una modelo" o "El Romance aflora de nuevo en la Gran Manzana". Sólo pensar en eso me enfermó.