Capítulo 3

3.6K 415 14
                                    


~Kay~

Ese día sin duda me había levantado con el pie izquierdo. Había fallado en la canción principal y evidentemente a Peter y Sofía no les había gustado nada. No tenía escusa. El asunto de Del y del nuevo músico me tenían un poco distraída. Así que decidí practicar toda la tarde hasta que mi cuerpo no podía más.

Recogí mis cosas y note unos audífonos en una de las butacas. Seguro eran de Abel. Los tome y camine hasta su habitación.

―Pues no ―Dijo observándolos― Son caros, pero no son míos ―Puso los ojos en blanco.

― ¿Serán de Cris?

―Quizás ―Respondió encogiéndose de hombros y entregándomelos― Ya sabes, que es un distraído ―Lo era. Recuerdo la vez que olvido las baquetas y no pudimos practicar.

―Supongo. Buenas noches.

―Buenas noches, Kay ―Respondió mientras me marchaba.

La habitación de Cris estaba a dos puertas de ahí. Llame un par de veces y atendió llevando su iPod en la mano, con ella quedaba descartada la posibilidad de que fueran suyos.

― ¿Qué paso? ―Negué y mostré los audífonos.

―Creí que eran tuyos ―Explique encogiéndome de hombros.

―No. Esos son de Justin ― ¿Del nuevo? Genial.

―Ah ok.

Me lo pensé, era un poco tarde y se supone que no debía acercarme a él, pero su habitación quedaba de paso. ¿Qué de malo podría ser entregarle sus audífonos?

Llame a la puerta y espere sintiéndome un poco incomoda. La puerta se abrió y me olvide incluso de mi nombre. ¡Joder!

Sentí las mejillas arder al contemplarlo de esa forma. ¡¿Qué rayos?! Ese chico estaba buenísimo, más que buenísimo. Sin camisa y con cabello despeinado resultaba tan caliente que casi sentí la necesidad de deslizar mi mano por sus abs para comprobar su dureza. Pero no, eso no podía pasar ni en mis mejores fantasías. Había tenido muchos problemas y casi arruinado la gira por mi imprudencia, por dejarme llevar, así que no me permitiría que ocurriera de nuevo. Tenía que mantenerme alejada de Justin Harold e ignorar que estaba semi desnudo delante de mí.

Intente parecer normal, pero sencillamente las palabras se negaban a salir y él parecía divertirse ante mi nerviosismo. Había quedado como una tonta, sobre todo después de salir corriendo a toda prisa.

***

El destino parecía conspirar en mi contra. Había decidido olvidar lo visto la noche anterior y fingir normalidad, pero no contaba con lo que pasaría. Mi asiento de avión era junto al suyo. Mire a los chicos, quizás podría cambiar, pero era tarde, ellos ya se habían acomodado a un par de asientos detrás del nuestro.

― ¿Quieres que te cambie el lugar? ―Pregunto con normalidad al ver que no me movía. Podría decir que sí o no, pero justo en ese instante no podía pensar con claridad.

― ¿Se puede? ―Inquirí para que no notara mi incomodidad y creyera que solo estaba pensándomelo.

―Por supuesto ―Se deslizo fuera del asiento y en el pequeño espacio del corredor del avión, su aliento golpeo mi rostro. Estábamos demasiado cerca. Me perdí en sus ojos verdes un instante, pero rápido me obligue a sentarme y aclararme.

¿Qué rayos pasaba conmigo? ¿Esto era a causa de lo ocurrido con Del? En un intento por no relacionarme con él, estaba cayendo más rápido. Como cuando te prohíben hacer algo, pero tú quieres hacerlo con más insistencia, solo para llevar la contraria. No, imposible. Nunca antes había sido ese tipo de chica. Ni siquiera cuando mis padres me prohibían salir. No, esa no era yo. ¿Era por lo que había visto anoche? No, eso ya lo había suprimido. ¿O no? Quizás también los malos comentarios de mi prima estaban afectándome. ¿Buenísimo? No. Justin era como cualquier músico de rock y era mi compañero, punto.

El BajistaWhere stories live. Discover now