Capítulo 16

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~Kay~

― ¿Una cita? ―pregunte sorprendida.

―Si ―respondió entusiasmado. No es que creyera que no pudiera ir a citas, pero no consideraba que fuera el mejor momento para ello. Aún era muy pronto, aunque en realidad las cosas entre los dos iban a una velocidad acelerada desde que nos conocimos.

―Pero...

―Ellos saldrán mas tarde. Ya los conoces. Seguro volverán de madruga y ni siquiera se darán cuenta... ―Se detuvo al ver mi expresión de desasosiego―. Me refiero a que no quiero que tengas problemas ―explico.

Tenía razón. Abel y Cris sabían sobre su novia y además, escándalos era lo que menos necesitaba después del asunto de Del. ¿Por qué me había tenido que enredar con él? Ahora lo lamentaba.

―Entiendo. Pero ¿y si sospechan?

―Mmm... ―Se llevó la mano a la barbilla y trono los dedos al sonreír― ¡Ya lo tengo! Diré que tengo que visitar a un conocido y pasare por ti más tarde. Creo que también debemos cambiar nuestro atuendo. Alguien podría reconocerte.

―No soy tan famosa ―replique con una risilla.

―Bueno tomar precauciones nunca está de más ―afirmo encogiéndose de hombros.

―De acuerdo.

***

No es que nunca hubiera usado vestidos cortos, del tipo "chicas lindas". Sin embargo, al mirarme al espejo descubrí una Kay completamente distinta. Recogí mi cabello y me coloque una peluca rubia; el vestido era color melón, llegaba hasta la mitad de los muslos, que ahora no estaban cubiertos por medias; y unos zapatos planos del mismo color.

Sonreí divertida y un tanto nerviosa. Una cita con Justin. ¿De verdad que iba en serio cuando dijo que quería hacer las cosas bien? El pensamiento provoco una sensación de vacío en mi estómago. De nuevo observe mi imagen. ¿Y si no le gustaba?

Un golpe se escuchó en la mi puerta y supe que era él. Tome mi bolso y abrí. ¡Estaba guapísimo! Había cambiado su chamarra de piel por una camisa ligera de cuadros, pantalones vaqueros, unas zapatillas deportivas y una gorra. Parpadee un tanto sorprendida y él río.

―Lo sé ―dijo levantando las manos―. No es mi estilo.

―Te ves bien ―afirme.

―No tanto como tú ―aseguro provocando que mis mejillas ardieran― ¿Lista? ―pregunto tomándome de la mano.

―Si ―respondí completamente relajada.

***

Austin era justo donde nos presentaríamos el siguiente día. Una de las ciudades más grandes y muchos atractivos. Vagamos por las calles, sin soltar nuestras manos. Fue una experiencia nueva y muy agradable. A pesar de su atuendo, algunas chicas lo devoraban con la mirada, pero él solo tenía ojos para mí.

Lo primero que hicimos fue comer, en una pequeña cafetería que encontramos mientras paseábamos. Nos instalamos en una de las mesitas y charlamos de todo un poco. Sobre los conciertos que hasta el momento habíamos tenido, como fue que aprendió a tocar el bajo, así como un poco de su vida. Supe que era hijo único y su madre era viuda hacia 5 años, que también se le daba bien tocar otros instrumentos como el piano. Desde luego que también hubo preguntas para mí. Me sorprendió su comentario sobre como tocaba la guitarra. Pregunto por mi familia, mis hobbies, mi sentir al cantar, entre otras cosas. Hablar con él era tan divertido, tan natural, cómodo como si nos conociéramos de toda la vida.

El BajistaWhere stories live. Discover now