Capítulo 9

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~Kay~

Nunca antes tuve problemas con el alcohol, mi resistencia siempre fue buena, pero esa noche cometí un error. Tomar con el estómago vacío.

Ni siquiera fui consciente cuando dejamos el bar. Todo daba vueltas y en lo único que podía pensar, era en la extraña sensación que me recorría, al sentir su mano en mi cintura. Una especie de electricidad que viajaba por toda mi piel. ¿Qué se sentiría tener su boca en los lugares más insospechados? Sonreí ante la idea mientras me apoyaba en la pared. En ese instante descubro que nos encontrábamos afuera de la puerta de mi habitación. ¿Cómo habíamos llegado ahí? No tenía idea. Definitivamente había bebido más de la cuenta.

― ¿Tienes la llave? ―Busque entre mi ropa, pero no estaba. ¿Dónde la había dejado? El alcohol evitaba que pensara con claridad. Negué y note la incomodidad en su rostro, cosa que me hizo reír. ¿Lo ponía nervioso?

Justin era todo un enigma. Uno que no podía entender por más que lo intentara. A veces coqueto y caliente, otras indiferente y distante. Sin embargo, nada cambiaba el hecho de que resultara irresistible.

Pareció meditar mi respuesta y desvió la mirada por el pasillo. Mi estado ni siquiera me hizo preocuparme por el asunto. Me deleite con el ángulo de su barbilla y sentí el impulso de lanzarme sobre sus labios.

―De acuerdo ―Murmuro tirando de mí, envolviéndome de nuevo con su brazo y comenzó a caminar de regreso.

― ¿Dónde vamos? ―Pregunto excitada. ¿Me llevaría a su habitación? Rogaba porque fuera de ese modo. Si, estaba además de borracha, me había vuelto loca. Pero Cami tenía razón, era hora de probar cosas nuevas, de dejarme de preocupar por el que dirán. Lo deseaba y punto.

―A mi cuarto ―Respondió con tranquilidad. ¿De verdad dormiríamos juntos? La idea me fascinaba, más que eso. Aunque no era dormir lo que precisamente yo quería.

***

Me dejo sobre la cama y tomo su móvil. Lo observe hablar con Cris o al menos eso creía haber escuchado. De pronto, sentí nauseas, muchas, trate de respirar lentamente, pero solo empeoro la situación. Justin corrió y apenas pudo tomarme para conducirme al baño antes de que vomitara. Era asqueroso y vergonzoso.

El vómito me regreso un poco a mis sentidos. Todo el alcohol que había estado bebiendo y no sé cuántas cosas más salieron de mi boca. ¡Por Dios que no volvía a beber! Mi resistencia era bastante, pero mi error era no haber comido nada. Aun así, todo seguía dando vueltas, ahora era consciente de donde estaba y con quien. ¡Demonios!

―Debería darme un baño ―Dije limpiando mi boca. Apestaba a vómito y necesitaba refrescarme las ideas.

― ¿Segura? ―Inquirió con amabilidad. ¡Rayos! Acababa de echar todo a perder. Me había visto vomitando y eso sin duda le había quitado las ganas. Asentí con un ligero movimiento mirando la puerta― Claro ―Dijo dirigiéndose hacia ella. Me dio una mirada preocupada, pero al final salió.

Respire, queriendo darme golpes contra la pared. Vaya numero acababa de montar y todo por no saber controlarme. Me tome unos minutos antes de quitarme la ropa y colócame bajo el agua.

Deje que el agua helada aclarara mi cabeza y se llevara mis extraños pensamientos. ¿Qué estaba haciendo? ¿Confirmar las ideas que todos tenían sobre mí? Eso no debía importarme, pero quitarte tus viejos hábitos es complicado. Aunque en ese instante lo que más me preocupaba, era que penaba Justin de mí.

Suspire apoyándome en el mármol y sacudí la cabeza. Tenía que salir de esa habitación cuanto antes. Puesto que ni el agua fría me lo quitaba de la mente. En lo único que podía pensar desde que me dejara sentada en la cama, era en lanzarme sobre su boca y quitarle la camisa. ¿Estás loca, Kay? Si, posiblemente el alcohol había estropeado mi cabeza.

El BajistaWhere stories live. Discover now