Capitulo 12

3.2K 361 23
                                    

~Justin~

¿Solo sexo?

¿De verdad eso pensaba? ¿No había significado nada para ella? No lo podía creer lo que escuchaba. Fue como darme una maldita patada entre las piernas. Quise ir tras ella y obligarla a que repitiera lo que acaba de decir. Yo la había sentido, la manera en que se entregó a mí, como su cuerpo temblaba, como su boca respondía a mí. Tenía que estar mintiendo, solo para darme mi merecido, pero ¿y si no era eso? ¿Y si de verdad no le interesaba? ¡Mierda!

― ¿Qué significa cuando una chica te dice que fue solo sexo? ―La pregunta salió sin pensarlo. Ambos me miraron como si tuviera dos cabezas o arrojara fuego por la boca. ¡Joder! Acaba de meter la pata.

―Pues... depende quien fue la chica que te dijo ―Respondió Abel echándose hacia tras y observándome con interés.

―No te lo dijo tu novia ¿cierto? ―Pregunto Cris con una sonrisa burlona.

―Así que dormiste con alguien más ¿he? ―Afirmo Abel. ¡Mierda!

―Solo díganme ¿saben o no que significa? ―Soltaron la carcajada y se partieron de risa― ¡Olvídenlo! ―Dije poniéndome de pie.

―Puede significar dos cosas ―Contesto Abel un poco más serio― Una. Que es tal cual, no le interesas, para ella solo fue un polvo y ya. O...

― ¿O? ―Inquirí con ansias.

―Que eres un capullo y la jodiste, así que ella solo intenta devolverte el favor. Las mujeres son como los gatos, extremadamente rencorosas y su odio puede seguirte por 7 generaciones ―Puso los ojos en blanco y comenzó a reír de nuevo.

― ¿Qué le hiciste? ―Inquirió Cris también riendo― No me digas ¿te largaste y la dejaste botada en un cuarto de hotel? ¿Hiciste que pagara la cuenta? ¿No la llenaste? ―Ignore sus comentarios mordaces y me hundí en la miseria. La respuesta era evidente. Kay había escuchado sobre Sofía y seguramente creía que había jugado con ella. ¡Maldición!

―Mejor olvídate de ella ―Aconsejo Abel― Si la heriste no lograras que repita, te dará calabazas. Búscate otra.

¿Olvidarla? Eso ni pensarlo.

***

La actitud de los días anteriores regreso, aunque ahora multiplicada por mil. En realidad que me ignorara habría sido mejor, pero no era así. Kay había dado un cambio total. No pasaba de mí, pero tampoco me trataba. Ahora bebía y salía con los tipos que la invitaban, todo en mis narices. Todo para joderme. Y era así, porque siempre nuestros ojos se encontraban. Era como si en silencio me dijera: "yo también puedo hacerlo" "te lo mereces gilipollas". Al menos eso imaginaba cada vez que le regalaba una sonrisa a uno de esos cerdos. Lo peor, yo tenía la culpa, me lo merecía por cretino, por idiota.

― ¿Dónde está Kay? ―Pregunte al no encontrarla por ninguna parte. Nos habían invitado a una fiesta después del concierto. Una de esas típicas fiestas llenas de alcohol y otras cosas. Obviamente Abel y Cris estaban más que encantados, pero yo solo podía pensar en ella.

―Estaba por ahí ―Respondió Cris agitando su mano a cualquier parte, volviendo su atención a las chicas que lo acompañaban. ¡Idiotas!

¿Así era como la cuidaban?

Algo no me gustaba. Desde que llegáramos, note como uno de los tipos no se separaba de ella y como no dejaba de darle copas. Además, no me gustaba el hecho de no verlos por ningún lado. Podrían llamarme absurdo y ridículo, pero no dejaría que ninguno se aprovechara de ella. Recorrí todo el primer piso del lugar sin encontrarlos. Entonces mis ojos volaron hacia las escaleras que conducían al segundo piso. ¡Mierda! Las recamaras.

El BajistaWhere stories live. Discover now