Epilogo

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Observo como su diminuta mano se aferran con fuerza a mi dedo. Es tan pequeñito. Sonrió y un extraño sentimiento se apodera de mí. El instinto materno o eso es lo que dice mi hermana mayor. Aseguro que cuando lo tuviera entre mis brazos, lo sentiría y no se equivocó. No puedo dejar de mirarlo, es increíble.

―Es el bebé más bonito de todos ¿verdad? ―la escuchó decir. Asiento sin apartar los ojos de su carita.

―Sin duda ―confieso. Ella suelta una risilla tonta y la escucho acercarse.

―Se parece a su padre ―de nueva cuanta afirmo.

―Sí, es igualito a Tom ―Tiene las mismas cejas pobladas y el pálido tono de piel, quizás más tarde sus mejillas se cubran de las pequeñas pecas. Ante la idea sonrió de nuevo. Aun así, será el niño más guapo.

―Esta que no cabe de felicidad, presumiendo a todos ―farfulla.

―Si yo fuera su madre, estaría igual que él ―Ella pone los ojos en blanco, pero sé que en el fondo le entusiasma tanto como a su marido.

Hace dos semanas que regrese a la casa de mis padres, dos semanas que pise un escenario por última vez, dos semanas sin verlo. Justo ese día, mi hermana Bianca, dio a luz a su primer hijo, Samuel y ahora es la luz de sus ojos y la alegría de esta casa. Es simplemente hermoso.


Regresar a mi vida cotidiana ha resultado más sencillo de lo que creí. Las personas del pueblo son menos volubles. La euforia de mi regreso pasó de la curiosidad a ser algo normal en menos de dos días. Fue como si nunca me hubiera marchado, como si se trata de un concurso más de canto al que asistí. Ellos me conocen de toda la vida y a diferencia de los demás, saben quién soy y no juzgan por apariencias o rumores, es gente noble y sencilla.

Mi familia no ha preguntado nada al respecto, ni porque aparecí en la madrugada y sin equipaje, ni tampoco que paso con el canto. En realidad, parecen felices de tenerme de regreso. Puesto que aunque nunca lo externaron, sé que no estaban muy de acuerdo con el hecho de que estuviera tan ausente. No puedo negar que resulta un tanto extraño estar aquí, en el punto de partida. He llegado a pensar que quizás me precipite al tomar ese camión y volver, pero después de lo que paso con Del, de todo lo que tuve que soportar, lo que menos deseaba era repetir. Encontrarme con las miradas burlonas, los insultos y toda la hipocresía del medio. Peor aún, cuando en realidad no tenía oportunidad de competir con una mujer como Sofía. Se mis limitantes y sobre todo, sé que yo era quien estaba de sobre. Por un instante vi reflejada en mí a Moly, me asquee de mi misma, de lo que me había convertido. Nunca antes había hecho algo así, pero no podría ver a la cara a Sofía después de todo lo que había pasado entre nosotros. No podría mentir.

Aquí me siento tranquila. He podido pensar las cosas con calma y darme de topes contra la pared, tengo que reconocer que no fue la mejor manera de terminar todo. Pero a veces, resulta complicado enfrentar ciertas situaciones, más aún cuando la presión, los celos y la rabia nubla tus sentidos. En definitiva soy una tonta.

Me he aislado definitivamente del resto del mundo. El teléfono de mi casa murió hace dos días, después de que mi madre se cansara de las llamadas de Sofía. Mi celular está muerto en algún rincón de mi habitación, después de regresar lo olvide. Así que no he sabido de él y aunque no puedo evitar pensar en algún instante, sin embargo, me obligó a dejar de lado esos sentimientos y regresar a la normalidad. Las labores de la casa y la presencia del bebé ayudan a mantenerme ocupada.

― ¡Kay! ―grita mi hermana. Tomo la palita y agito de nuevo la mezcla.

― ¡Ya casi termino! ―respondo probando el sabor de la masa para el pastel.

El BajistaHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin