1. "Meses antes..."

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—No puedo creer que mi pequeña se vaya a ir de la casa. —decía mi madre con lágrimas en los ojos.

Ese día había cumplido oficialmente dieciocho y con Ariana teníamos un plan, y ese era irnos a vivir a Santiago de Chile.

—Dios, bruja, me pones en vergüenza. —decía Kiara, mi hermana—. Soy la mayor ¡Tengo 21! Y recién me mude de la casa a un piso próximo de la cuidad, pero tu... ¡Tú te vas de la cuidad!

—Siempre supimos que yo era la más madura. —le dije bromeando a lo que ella me respondió con un golpe en el hombro.

Ese mismo día viajamos a Santiago con Ariana para reconocer la cuidad y nuestra nueva universidad. Estudiaríamos en la mejor universidad de Chile y estábamos muy contentas por eso.

Las cosas estaban saliendo bien. Nos habíamos propuesto muchas cosas desde que habíamos comenzado a ser amigas, y todas esas las habíamos cumplido.

Nuestras familias estaban muy orgullosas de nosotras, tanto así que se ofrecieron a comprarnos un piso, aparte de ayudarnos con los pagos de la universidad. Si, en Chile lamentablemente la educación no es gratis.

Recuerdo muy bien lo emocionada que ambas estábamos cuando llegamos y ni se van a imaginar cuando llegamos frente a la universidad. Era gigante, hasta tenía pinta de palacio.

—Iré al baño, ¿Sabes dónde queda? —le pregunté impaciente a mi amiga.

—Es broma, ¿Cierto? —reí obvia. Ella sabía lo mismo que yo—. Ve, por ultimo pregunta. Yo me quedo esperando los horarios.

—¡Gracias! —le medio-grite cuando ya iba algo lejos. Es que me urgía llegar al baño.

Recuerdo haberle preguntado a medio mundo y todos me decían cosas diferentes, o al menos lo eran para mí.

—Agh ¡Que idiota! —grité frustrada. ¿A quién se le ocurría pasearse por toda la universidad sin siquiera saber cómo volver?

—¿Disculpa?

Cuando el chico se volteó y pude mirarlo debo haber estado colorada hasta las puntas de mi pelo. El chico seguía mirándome y tuve que reaccionar.

—¿Qué? No, no, no me refería... Digo no eres, bueno no sé, pero... Estaba hablando...—si, ¿Qué le iba a decir? ¿Qué estaba hablando conmigo misma? Mi primer día y ya me estaba humillando.

—No te preocupes. Dime, ¿Por qué estabas tan enojada contigo misma? —me preguntó sonriendo y ¡Dios! Juro que pude haber muerto en ese mismo minuto.

—Me he perdido. —dijo rendida, pero después mi lengua se descontroló—. Y me he ido del lado de mi amiga hace más de 15 min. No sé cómo llegar de vuelta como tampoco se encontrar el maldito baño antes de avergonzarme más ante ti.

Él soltó una sonora carcajada que me hizo sentir mejor.

—No eres de aquí, ¿Cierto? —negué con la cabeza—. Pues tienes suerte que el baño este ahí. —dijo apuntando hacia la puerta que estaba más próxima a mí.

—¡Oh! Muchas gracias. —dije sonriéndole. Él solo asintió.

Después de estar lista y tranquila, salí pensando en lo fácil que se me haría volver, pero fue todo lo contrario.

Me demoré mucho en llegar a donde se encontraba Ariana y cuando lo hice ella ya tenía su horario.

—¿A dónde fuiste? ¿A dar un tour por la universidad o al baño?

La miré mal. Si tan solo supiera todo lo que sufrí ahí afuera, en aquella jungla de salvajes y... Ya a quien engaño, si no hubiera sido tan despistada hubiera podido llegar sin problemas.

—¿Dónde lo consigo? —le pregunté haciendo hincapié en lo que tenía entre sus manos.

—Con ella debes conseguirlo.

Después de otro largo rato de espera pudimos salir de la universidad. Estaba tan cansada que ya no tenía animo de recorrer la cuidad.

Al día siguiente teníamos muchas cosas que hacer, aunque todavía no nos instalábamos en la capital, debíamos buscar trabajo para nuestros ratos libres y así poder pagar los demás gastos.

Ahora nos quedaba volver a Talca para arreglar nuestras últimas cosas y empezar nuestra nueva etapa de vida.

(...)

Narra Calum.

Estaba sentado en el autobús chequeando mi celular como por milésima vez. Me sentía cansado, pero sabía que si me dormía moriría, ya que en menos de dos horas estaríamos en nuestro próximo destino.

En menos de una semana ya habíamos recorrido cinco lugares diferentes. Era una locura.

—¿Aún crees que ella llamará? —escuché decir a Mike. Odiaba que lo dijeran así porque todo lo que se me venía a la cabeza era ella, no exactamente a quien ellos se referían.

No hablé. Estaba de mal humor al no poder dormir y seguramente terminaría desquitándome con alguien.

—Calum... —escuché decir a Luke—. ¿A quién esperas?

—Con la que ligó anoche. Sueña que lo va a llamar. —habló nuevamente Mike.

Si tan solo supieran que jamás le di mi número a ninguna de las chicas con las que me acostaba.

—Calum... Debes sentar cabeza, hombre...

Luke iba a seguir hablando, pero lo interrumpí.

—No estoy esperando la llamada de nadie, Mike. Y, Luke, no necesito consejos.

Caminé hasta nuestras literas y me acosté. Cerré los ojos y todo lo que vi fue aquella hermosa sonrisa que me hacía enloquecer. Su risa inundo mis oídos, pero rápidamente aparte todo. Hace poco había dejado de soñar con ella, y tenía que aprovechar eso. Quizás ya la estaba olvidando.

—¡Calum tu teléfono está sonando! —escuché gritar a Mike.

—¡Voy! —grité.

Cuando llegué allá vi que tenía un par de mensajes por Instagram. 

-"Hola, guapo"

-"¿Qué te parece tú y yo después del concierto?"

-*Foto adjunta*

Sonreí maliciosamente, al menos esta noche tendría con que distraerme.

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¡Hola, hola, hola, bellezas! Aquí esta el comienzo de la segunda temporada de "Mi destino eres tú" Espero que les guste y si es así prometo subir más capítulos. 

Comenten y voten. Si tienen alguna duda o pregunta... Solo díganme. 

Espero que lo hayan disfrutado<3

XOXO<3

Mi inevitable destino. (Calum Hood&tú) |MDET2|Where stories live. Discover now