Capitulo 2

806K 39.8K 10K
                                    

Mario tiene el detalle de traer el coche a la entrada de urgencias para que no tenga que caminar hasta el aparcamiento. Algo que le agradezco enormemente. Espero sentada en una silla de ruedas mientras vuelve. Cuando le veo aparecer me pongo en pie e intento llegar hasta él mientras me abre la puerta. Tengo que ir despacio, por culpa del dolor tan horrible que siento en mis costillas. Es un suplicio andar y respirar en ese momento. Mario empieza a perder la paciencia y se cabrea por mi tardanza.

—No tiene que haber una tía más blanda y quejicosa que tú —me dice mientras voy dando pequeños pasos y siento que me ahogo. Prefiero no contestar y dejarle que diga lo que quiera, porque si no será peor—. ¡Vamos, coño! —vuelve a increparme—. ¡Nos van a dar las uvas, a este paso!

La gente le mira con desprecio desde la calle y siento vergüenza ajena. Él, en cambio, siente todo lo contrario: saca pecho creyendo que ven a un hombre, muy hombre y dominante. Incluso se atreve a sonreír orgulloso.

Me siento dolida y humillada en ese momento. Es por su culpa por lo que estoy así, y para colmo se está riendo de mí. No merezco esto. No tiene derecho a tratarme así. Sé que no soy gran cosa, él se encarga de hacérmelo ver cada día. Seguramente, nadie me vaya a querer nunca, porque no valgo nada. Me lo repite continuamente... pero creo que no merezco esto. Nadie merece esto. Estoy agotada física y psicológicamente, desde hace meses tengo la sensación de que no puedo más. A mis 25 años estoy hundida y acabada. Mi vida no tiene sentido. No puedo dejarle... Pero no quiero seguir viviendo así, y para colmo no puedo contárselo a nadie por miedo a represalias. Estoy totalmente perdida...

De regreso a casa vamos en silencio. No quiero mirarlo a la cara, y me paso parte del trayecto mirando por la ventanilla. Hasta que siento su mano pasar por mi muslo, y unas horribles náuseas se apoderan de mí. Lo miro, y me está sonriendo, trato de mantener la calma, no le devuelvo la sonrisa para no darle pie a nada más, y vuelvo a dirigir la cabeza a la ventana.

—¿No piensas decirme nada? —me dice como si nada.

—¿Qué tengo que decirte? —le pregunto.

—Pues no sé, Natalia, llevo todo el puto día esperándote en el hospital, al menos deberías agradecérmelo, ¿no crees? ¡Eres una puta desagradecida! —le fulmino con la mirada, pero cuando clava sus ojos en los míos siento pánico e instintivamente bajo la cabeza. Aun así no puedo evitar contestarle.

—¿Perdona? Me has golpeado hasta hacerme perder el sentido, Mario —necesito que entienda que ha estado mal.

—Te recuerdo que tú has sido la que ha provocado todo esto, señorita... —me responde con sarcasmo. Esto ya es demasiado para mí. Es irreal y debo estar soñando.

—Pero, ¿qué me estás contando? —le pregunto, visiblemente afectada.

—Tú eres la inútil que se ha caído por la escalera. Eres muy, pero que muy torpe, Natalia —se gira y me sonríe maliciosamente mientras vuelve a ponerme la mano en el muslo—. Tendrás que recompensarme, ¿no crees? —las náuseas vuelven en ese instante, trato de contenerme para no vomitar.

Segundos más tarde llegamos a la puerta de nuestro edificio. Le pido por favor que me deje ahí, mientras él aparca. Me siento muy aliviada cuando cede, no sé si sería capaz de llegar hasta la casa, nuestra plaza de garaje está algo alejada. Como puedo, salgo del coche tratando de ocultar mi torpeza. Me trago todo el dolor para salir más deprisa, mis ojos se llenan de lágrimas por el esfuerzo, pero necesito aire y evitar a toda costa oírle protestar.

El siguiente reto al que me tengo que enfrentar es la escalera. Vivimos en un segundo sin ascensor. Esta parte sí que va a ser difícil... Muy lentamente, voy subiendo. No voy ni por el cuarto peldaño cuando le siento detrás de mí, me vuelvo y simplemente me mira durante un par de segundos, y a continuación sube de tres en tres los escalones dejándome allí. Tengo que tomarme varios descansos, es posible que haya tardado más de media hora en llegar, pero por fin lo consigo.

Dr. Engel (EL 16/01/2020 A LA VENTA - EDITORIAL ESENCIA DE GRUPO PLANETA)Where stories live. Discover now