Capitulo 15

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Natalia:

Salgo del taxi y le pago el viaje al conductor. Después de todo, he llegado con más de veinte minutos de antelación. Echo una mirada por el lugar y veo que es una zona bastante verde. Hay un enorme parque con bancos, árboles y flores. Decido ir hasta allí y sentarme en uno de ellos mientras espero.

Es la primera vez que consigo salir sola del hotel desde el incidente en el centro comercial. No puedo evitar sentir temor. Desde hace semanas, le estoy cogiendo miedo a la calle. No consigo relajarme cuando estoy fuera, ni aunque vaya acompañada. Miro detrás de mí constantemente, y la sensación de que alguien me observa es odiosa. Cierro los ojos intentando aflojar mis tensos músculos y dejo que el aire acaricie mi cara. Es una sensación muy agradable.

Mi mente empieza a vagar y solo me trae imágenes de César. Riendo, hablando, comiendo, caminando, abrazándome. Nuestro beso. Pero también la más reciente. El beso de Erika.

«¡Maldita sea!», me digo a mí misma mientras abro mis ojos y miro al vacío. «¿Por qué me tengo que sentir así?». Estoy segura de que son celos. «¿Pero celos por qué?». No quiero, ni puedo ni debo enamorarme de algo imposible. No quiero sufrir más por amor. Pero algo me dice que ya es tarde. Estoy segura de que siento algo por él.

Echo de menos su compañía, sus atenciones, su humor... «¿Por qué tuve que decirle aquello?», me riño mentalmente. Fue lo más maravilloso que me ha pasado en años, y la jodí pero bien. Aunque creo que eso ya da igual. Hoy se le veía tan feliz con ella. Erika es más para él. Se merece a alguien como ella, no a una pobre tonta como yo. Mi teléfono suena y me sobresalta de manera exagerada. Mi tensión arterial acabará mal. Lo sé. No se puede vivir en estado de alerta las 24 horas del día.

—¿Sí? —contesto, algo agitada aún.

—Hola, Natalia, soy Andrea, la chica del piso. Es para decirte que ya estoy aquí. Dirígete a la dirección del anuncio.

—Voy para allá —le digo y cuelgo.

Camino por el parque hasta que llego a la zona donde está el apartamento. Me gusta la fachada. Es de ladrillo rojo, muy simple, pero no está nada mal. Toco el telefonillo y me atiende Andrea. Abre y me encuentro con una hermosa escalera de mármol, con barandilla de madera. No tiene ascensor, pero no importa, ya que voy al primero. Subo rápidamente el tramo de escaleras y llego a la puerta. Es blanca, blindada y con una pequeña mirilla.

Saludo a la chica y comenzamos la ruta por el piso. Es más bonito de lo que se veía en las fotos. Amplio y luminoso. Me puedo imaginar viviendo aquí. Tiene dos habitaciones. En la primera hay una gran cama y en la segunda, una cama más pequeña. Podría convertir la habitación pequeña en una oficina sin problema. Eso me hace pensar que tengo que volver al mundo laboral cuanto antes. Lo próximo será buscar trabajo.

Sin darle demasiadas vueltas, decido quedarme con el piso. Arreglamos el papeleo allí mismo y dejo pagado el mes de fianza y el que corresponde. El único inconveniente es que hasta dentro de dos semanas no podré mudarme. Aún tienen que pintarlo. Salgo a la calle satisfecha conmigo misma. Camino hasta la parada de taxis más cercana. Por fin parece que tomo las riendas de mi vida.

Ahora viene la peor parte. Contarle a César mi decisión. Aunque seguro que no le importa, siento un dolor punzante en el corazón. Cuando empiece con mi nueva vida se acabó todo, no nos veremos más. Esto me va a afectar a mí más que a él, posiblemente se sienta aliviado cuando le hable de mi marcha. Creo que no se atreve a pedirme que me vaya y me está manteniendo en el hotel por pena, ya que aquí en Madrid no tengo muchos sitios donde ir. Podría irme con Laura hasta tener las llaves del piso nuevo, pero sería como ponerle un cartel luminoso a Mario para que me encuentre.

Dr. Engel (EL 16/01/2020 A LA VENTA - EDITORIAL ESENCIA DE GRUPO PLANETA)Where stories live. Discover now