Quince

7.5K 799 311
                                    


Era el turno de la clase de educación para la vida y Annabeth no estaba muy entusiasmada. Sentía los latidos en su cabeza y contaba los minutos para llegar a su casa y dormir hasta el día siguiente, sin preocuparse por la tarea o los proyectos que tenía que entregar.

El sol brillaba con fuerza, y el salón, que estaba cubierto de colores fuertes, hacían que el dolor de Annabeth empeorara. 

Y hoy la srta. Shepard estaba hablando con una particular energía en la voz. 

"Hoy harán parejas." El curso estalló en vítores, lo que provocó que Annabeth sintiera que su cabeza iba a explotar. "Oh, pero yo las elegiré. No se emocionen tanto."

El trabajo consistía en una investigación sobre el matrimonio, el correcto trato de las parejas, etcétera, etcétera, etcétera. 

La única razón por la que ella había escogido esta clase era porque no era buena en la cocina y porque el sr. Michaelson, el profesor de carpintería, la odiaba. Y allí se acaban las opciones. 

"Rachel, ve con William. Carol, con Travis. Connor y Linna. Percy y... Annabeth, querida. Ustedes harán una buena pareja." Ella pudo distinguir una sonrisa en el rostro de la profesora, lo que sólo provocó que Annabeth se enojara más. 

La srta. Shepard se dedicó el resto de la clase a hablar sobre el proyecto, una cosa llevó a la otra y la clase terminó con ella hablando de su divorcio entre sollozos. 

Tal vez la clase de cocina no hubiese sido una mala elección. 

"Oh, antes de que se vayan, mis amores... El proyecto es para mañana." 

...

"¿Podemos ir a tu casa?" Preguntó Percy, quien llevaba en sus brazos tres libros del tamaño de su cabeza. Eso debía pesar, y sin embargo, él no ponía ningún esfuerzo en ello. O al menos eso parecía. 

"Estaba pensando en hacerlo yo, ¿sabes?" Respondió ella; no quería ser descortés, pero no aguantaba ni un segundo más de pie. Ya se las ingeniaría para hacer algo aceptable, pero con él a su lado, tardarían más. "Pondré tu nombre."

Él frunció el ceño. 

"No soy de ese tipo de personas. Quiero ayudarte, Annabeth." replicó, algo herido. 

Ella suspiró. Tal vez podría aguantar una hora más. 

"Vale." Él sonrió, como si lo pusiera feliz el hecho de que le había ganado. "Pero no en mi casa. Mis padres no están, ni mis hermanos tampoco, y no creo que les agrade la idea de que un chico y yo estemos solos en casa... Si es que me entiendes." 

Un tono rosado cubrió las mejillas de Percy, haciendo que Annabeth sonriera para sus adentros. 

"Uh, bien."

...

Percy maldijo en su interior. Sabía que su madre iba a enloquecer, hasta el punto de sacarle fotos juntos o alguna tontería así, pero Annabeth no le había dejado otra opción. 

Él soltó un suspiro estruendoso antes de entrar a su casa, ganándose una mirada de la chica que lo acompañaba. Había mascullado algo en algún idioma raro que no había entendido, pero probablemente significaba "raro" o algo parecido.

"Tu casa es muy bonita." Había dicho ella, sonriendo ligeramente. Él asintió y tomó su maleta, y esta vez sí lo había dejado ayudarla. 

"¿Cariño?" Se escuchó la voz de su madre al fondo mientras él dejaba su maleta y la de Annabeth en el sillón. 

"Soy yo, mamá." Respondió, rogando a todos los millones de dioses creados por la raza humana para que su madre no saliese. 

Pero, claro, no funcionó. 

"Cariño, Jason llamó para preguntar si el viernes..." Su madre apenas había cruzado el pasillo cuando vio a Annabeth. En ese momento se le iluminaron los ojos y Percy estaba seguro que mentalmente se preguntaba dónde había quedado su cámara. 

"Buenas tardes." Saludó la chica con una sonrisa. 

Su madre le devolvió una sonrisa aún más grande.

"Buenas tardes, soy Sally Jackson, la madre de Percy." Saludó, mientras se decidía por darle la mano o abrazarla. Al final, fue la segunda opción. "¡Dime que vas a quedarte a cenar!"

Tal vez debieron ir a una biblioteca o al parque...

"¡Oh, disculpa, querida! No te pregunté tu nombre."

"Soy Annabeth, señora Jackson. Y me encantaría quedarme a cenar." Respondió, siguiéndole el juego a su madre. Percy sentía como si el sol estuviera quemando su cara; un poco más y probablemente podría hacer de tomate en alguna serie de televisión o algo parecido. 

"Llámame Sally, cariño. ¿Van a estudiar?"

Percy asintió para terminar con esa conversación cuanto antes. 

"¡Sí! En mi cuarto. Nos avisas si sucede algo, ¡Te quiero, mamá!" Acto seguido, besó en la mejilla a su madre, tomó rápidamente las maletas de los dos y mostró a Annabeth el camino a su habitación. 

Sin embargo, su madre no lo dejó ir tan fácilmente. 

"Parece todo un misterio, ¿eh?"

Él sonrió por la ironía. 

"Ella es todo un acertijo." Dejó a su madre y entró a la habitación, la cual Annabeth ya se encontraba inspeccionando. 


The Code Donde viven las historias. Descúbrelo ahora