Primer Capítulo

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Capítulo I

Comienzo de clases

Hoy era mi primer día de clases.

Mis amigos y yo estábamos emocionados y por poco llegamos tarde por culpa de Nick, así le digo de cariño a Nicolás, mi mejor amigo en todo el mundo.

Aunque soy la que más odia madrugar, apenas mi mamá dice: - Isa levántate – inmediatamente voy directo al baño. Pero Nick es otro asunto, él siempre se queda dormido y hay que gritarle para levantarlo.

-¡Nick apúrate, no quiero llegar tarde a mi primer día de clases! – grita Valentina mientras las dos esperamos en la sala de la casa de Nick a que el baje las escaleras.

-¡Espera un minuto y ya bajo! – dice él desde su cuarto.

Baja apresurado y nos da un beso en la mejilla como de costumbre primero a Valentina y después a mí. Salimos sonriendo de su casa, hablando y pensando en cómo será nuestro primer día de clases. 

Buscar nuestros nombres en las listas que estaban en la entrada del Thomas R. Al ver los nombres de los tres en el mismo salón, Valentina y yo nos abrazamos y saltamos, Nick se quedó mirándonos como si fuéramos un par de retrasadas.

-¿No te emociona haber quedado con nosotras? – le dije tirándole del brazo.

-Sí, pero no pienso saltar como ustedes lo hacen, en serio, da pena.

-¿Te da pena eso? Entonces espera a la lluvia de besos. – dijo Valentina mirándome. Ambas sonreímos y nos lanzamos encima de Nick dándole muchos besos en las mejillas, reíamos a carcajadas y él para separarnos nos hacía cosquillas, nos abrazó y dijo:

-Esta año será único – acto seguido, entramos al salón.

Al sonar la campana tuvimos el encuentro de bienvenida, paseamos los pasillos de nuestro instituto y por fin llegamos a un salón donde se encontraban reunidos todos los estudiantes, profesores y demás directivos. Todos los chicos y chicas hablaban de lo que hicieron en sus vacaciones hasta que la rectora Victoria empezó a hablar.

Nos dio todo un sermón del por qué debemos mantener un buen comportamiento y dar buena imagen del instituto; mientras ella hablaba los demás estaban con su BlackBerry, otros enviaban mensajes, y otros como Nick y yo escuchaban música en su iPod, mp4 o celular. 

Después, todas las chicas y demás personas hicieron como si el tiempo se parara. Y efectivamente, había alguien enfrente de nosotros que no se podía ignorar.

Se escuchaban los susurros de las chicas comentando lo que veían, pues sí, lo que sucedía en aquel salón y que consiguió el cien por ciento de mi atención, tanto como para quitarme los audífonos y hacer que mi mirada se mantuviera allí, cosa que rara vez sucede para ser sincera, pero no se podía evitar.

En aquel momento en representación de los alumnos salió a hablar un apuesto chico con cabello negro, piel blanca y ojos azules, aquel chico tenía la sonrisa más hermosa que haya podido haber visto en toda mi vida; más de una estaba encantada de verlo, yo no escuchaba nada, sólo lo observaba.

Él se presentó y dio su nombre, se llamaba Santiago Evans, no podía parar de mirarlo y yo no era la única, todas estaban como en una nube, excepto Valentina que enviaba mensajes con su celular a su hermano Alex que pronto vendría de visita.

Santiago dio su bienvenida, muy cálida y alegre, a él se le veía que como un chico de gran carisma. Ni siquiera presté atención después de los dos primeros minutos que habló, sólo lo observaba, fue después que reaccioné porque mi amiga Valentina me tiró del brazo y enseguida nos mandaron a todos a los salones.

AMORES QUE NO MUERENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora