Capítulo 95

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Silvia se acercó a la camioneta de maquillaje y, cuando iba a abrir, sintió que alguien la empujaba, quedando su cuerpo pegado a la puerta. De inmediato, sintió el aroma de Jorge y se tranquilizó, pero la tranquilidad no duró mucho, pues él pegó su cuerpo al de ella y se acercó a susurrarle al oído.

- He tratado de contener mis ganas, pero ya no puedo, flaquita. - le hizo el cabello hacia un lado, y comenzó a besar su cuello.

- Jorge, ¿qué haces?

- Intento convencerte de que me dejes hacerte el amor, porque desde hace rato tengo muchas ganas de hacerlo...

Jorge la tomó por los hombros y la volteó hacia él, dejando de besarla un momento. Ella lo miró y su expresión denotaba la verdad de sus palabras.

- Ay, amor, aquí no, alguien nos puede ver...

- Es que te juro que ya no puedo. Me matas con ese vestidito, Silvia... - ella notó que el rostro de él estaba ruborizado, y verlo así comenzó a provocarla también a ella.

Jorge se acercó a besarla en los labios, pero más desesperadamente, pues llevaba toda la tarde conteniéndose para no evidenciarse tanto; ni por un momento había dejado de mirar a Silvia, o de pensar en ella, o de imaginarse todo lo que quería hacerle.

Silvia correspondió al beso, sintiendo cómo Jorge pegaba mucho su cuerpo al de ella, y el calor empezaba a aumentar entre ambos. Cada poco, Jorge se separaba unos segundos de ella para susurrarle cosas, y entre susurro y susurro, ella sentía que iba perdiendo control sobre su cuerpo, y que un suave y agradable cosquilleo comenzaba a recorrerla.

- Me gustas mucho, toda tú me encantas... Pero hay veces en que realmente no puedo controlarme... No sé qué has hecho conmigo... Esto no me pasó nunca con ninguna otra mujer... Me tienes totalmente sin voluntad... Eres mi amante perfecta...

Él comenzó a introducir su lengua en la boca de ella, y Silvia le correspondió, comenzando a trazar círculos alrededor de la lengua de él; Jorge sintió pronto que su parte íntima había ya reaccionado, y se acercó aún más a Silvia. Ella comenzó a mover su cadera delicadamente de atrás hacia adelante, excitándolo aún más; él no pudo evitar comenzar a gemir.

- Cállate, por favor, Jorge, nos van a escuchar...

- No me sé controlar contigo.

- Si quieres que sigamos, tienes que bajar la voz.

- No prometo nada.

Jorge, se abrió el cinturón y el pantalón, y se bajó un poco la ropa interior. Bruscamente, le subió el vestido hasta la cadera; ella llevaba un short negro que había utilizado porque durante la escena del baile se le desacomodaba el vestido, y se lo habían dado para evitar accidentes durante la grabación.

- Carajo, yo no sé para qué demonios te ponen tanta ropa. - se quejó él mientras se lo bajaba rápidamente.

Silvia estaba entre divertida y excitada por lo que hacía y decía Jorge; él terminó de bajarle el short y ella lo ayudó, levantando sus pies para que pudiera terminar de sacárselo. Mientras lo hacía, ella sintió que él temblaba, como siempre temblaba cuando ya estaba demasiado excitado, y además movía su cuello como si intentara relajarse un poco. Su rostro estaba muy rojo, y el temblor se iba extendiendo por todo su cuerpo.

- Jorge, ¿estás bien? - le preguntó al notar que estaba respirando demasiado rápido.

- No. - él volvió a incorporarse y la sujetó violentamente de las caderas, besándola otra vez. Ella sintió que él comenzaba a mover su cadera, presionándola contra su cuerpo.

Detrás de cámaras y telonesWhere stories live. Discover now