Capítulo 145

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- Últimamente está más lindo contigo que nunca, ¿no? Me refiero a Jorge. Hasta parece que el hijo es suyo.

- No, yo creo que es lo normal.

- O sea, yo lo veo muy clavado en cuidarte, en consentirte, en que estés súper tranquila.

- Bueno, es que... Supongo que es ese instinto protector que tienen los hombres cuando están con una embarazada, ¿no? Es más, él mismo ha dicho que la mujer tiene el privilegio de crear vida, y el hombre tiene que proteger esa vida.

- Creí que sólo aplicaba con su esposa. - Silvia rio, pero de inmediato se reprochó interiormente por haber estado a punto de ser demasiado cruel.

Caminó rápidamente hacia el interior del teatro y fueron a los camerinos; alguien ya había dejado sus cosas en el suyo. Comenzaron a arreglarse para estar a tiempo. Llegaron algunas personas para ayudarla con el peinado y maquillaje y luego se fueron para arreglar a los demás, mientras ella se quedaba metiéndose en el vestido de princesa rosa con blanco que en algunas ocasiones había usado durante las grabaciones de la novela.

Se acomodó como pudo el cabello y quiso cerrarse el vestido, pero no podía.

En ese momento, escuchó la puerta y vio entrar a Jorge.

- Wow. - fue lo único que salió de la boca de él.

- ¿Me ayudas a cerrarme el vestido?

- Uff, mi vida... Así como te veo, yo creo que mejor te lo quito. No me dan ganas de cerrártelo.

- Ay, ándale, ayúdame, no alcanzo yo solita. - Jorge sonrió y se acercó a ella. Le ayudó a cerrarse el vestido y luego la tomó de los hombros para girarla hacia él.

- Estás hermosa.

- Mira... - ella bajó su mirada y Jorge hizo lo mismo.

- Te ves preciosa... Y mi bebé también se ve precioso. - dijo acariciando la pancita que ya se le notaba. - Además... tu pancita no es lo único que se va a robar miradas en todo el público. - ella lo miró, sin entender. - Sí te han crecido.

- Ay, Jorge. - dijo ella, riendo y mirando su pecho. - Y con este vestido se nota más, ¿no?

- ¿Ves? Por eso te digo que mejor te lo quito en lugar de abrochártelo.

- No, Jorge, que ya casi va a empezar la obra y no quiero... que nos retrasemos.

- Ni siquiera han anunciado la primera llamada, hermosa. Además... Hace días que tú y yo no... No hacemos el amor, no me gusta que me tengas en abstinencia.

- Ay, payaso, ¿cuál abstinencia?

- Es cierto, y no lo niegues.

- Mira, un día de éstos lo compensamos.

- ¿Hoy? ¿Por favor?

- Lo voy a pensar, pero no creo. - Jorge se quedó mirándola un largo rato, en silencio, mientras ella se retocaba un poco el maquillaje.

- ¿Sabes qué creo? Que todo el público te va a amar más que nunca.

- A ti también.

- Pero a ti más. Creo que ya te lo había dicho, ¿no? Eres la mejor actriz del mundo, eres profesional, hermosa, haces que tus sentimientos se contagien a todo el que te ve... - ella sonrió y se acercó a abrazarlo. - Y estoy muy feliz de ser el hombre que esté a tu lado. Soy el más afortunado del Universo entero por tenerte conmigo.

- La más afortunada soy yo.

Salieron del camerino y fueron a buscar a los demás; el productor y el director les dijeron algunas palabras antes de comenzar, expresando que confiaban plenamente en todos, y que les agradecían infinitamente todo su esfuerzo y entrega con el proyecto, tanto en televisión, como sabían que lo harían en el teatro.

Detrás de cámaras y telonesWhere stories live. Discover now