Capítulo 109

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- No puedes terminar conmigo. - le dijo, susurrando cerca de su oído, haciendo que ella se estremeciera al sentir su aliento tibio entre su piel y su cabello.

Luego de decirle eso, se acercó repentinamente y la besó en los labios, introduciendo de inmediato su lengua en la boca de ella. Silvia sintió la lengua húmeda de él y la rodeó con la suya, comenzando a corresponder ese beso violento con tanta vehemencia y ansia como él. Jorge movía sus labios con desesperación, y succionaba ligeramente los labios delgados de ella. Luego de unos segundos de estar así, ella se alejó un poco. Aunque había correspondido el beso, Jorge la notaba enojada y muy seria.

- Tienes razón. - comenzó a decir Silvia, mirándolo con coraje. - No puedo terminar contigo... porque ni siquiera fuimos nada. Sólo déjame en paz.

- Tú fuiste la que me dijo una vez que no sería correcto que nos hiciéramos novios, cuando estábamos grabando la entrada del laberinto.

- Sí, claro, lo recuerdo perfectamente y, digo, yo creo que es obvio, porque un hombre casado se supone que no puede tener novia. Para eso se casó, ¿no?

- Pero yo siempre te he querido a ti y tú lo sabes perfectamente.

- Y eso, ¿en qué me convierte? ¿Qué cambia el hecho de que me digas que siempre me has querido? ¿Ya con eso eres un hombre libre?

- Tampoco te pongas así, tú aceptaste estar conmigo aun cuando Elizabeth todavía no me diera el divorcio.

- Sí, pero sinceramente yo creí que te ibas a esforzar un poquito más en eso de conseguir el maldito papel firmado.

- No he podido, has visto cómo es Elizabeth, nos armaría un escándalo al instante y yo no quiero que ella dañe tu imagen frente a todos.

- Maldición, ya basta, sigue siendo tu esposa, y si los demás se enteraran de que tú y yo...

- Precisamente por eso he esperado tanto tiempo, para evitar que Elizabeth se quiera vengar y nos pase a joder a todos.

- De acuerdo, eso justifica perfectamente el hecho de que no seas lo suficientemente valiente para pedirle el papel de una vez por todas. Pero eso no cambia el hecho de que... hasta el momento, sólo soy tu amante.

- Cuando te lo propones puedes llegar a ser demasiado cruel.

- ¿Cruel yo? Estoy siendo honesta contigo, porque las cosas no funcionan así. Para Elizabeth, sigues siendo su esposo; para el resto del mundo, sigues casado con ella. Y para mí también.

Ella se dio la vuelta y se fue, dejándolo ahí todavía sin terminar de asimilar lo que ella le había dicho. Quería morirse por un rato, porque ella tenía razón. ¿Qué se suponía que eran? Se quedó paralizado en ese momento, y no reaccionó hasta varios minutos después.

Fue a su camerino, tratando de aparentar la mayor calma posible y se arregló para que empezaran a grabar. Al ir hacia el set, vio a Silvia tan jovial como siempre y lo alteró saber que, aparentemente, no le había afectado lo que pasó, tanto como a él.

La escena que tuvieron que hacer fue la de Fernando reclamando a Ana por no haberle dicho el problema que tuvo Sebastián con Isabella; luego entran a escena los niños y su padre les dice que va a correr a la nana si no cambian su comportamiento. Luego, cuando los niños se van, él se queda a solas con ella.

En ese momento, Jorge estaba con los sentimientos a flor de piel, y al mirar a Silvia sintió que de verdad se iba a poner a llorar.

No sabía qué era lo que lo tenía peor, si darse cuenta de que sí habían sido injustas las cosas para Silvia, o que de todas formas no estaba dispuesto a rogarle porque sabía que ella lo rechazaría, y terminaría pasando lo mismo de siempre.

Detrás de cámaras y telonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora