Capítulo 10

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Jared.

Una vez estoy dentro de las calles de Nueva York entro en el hotel más cercano de la estación de metro y reservo una habitación hasta el martes que viene, día que volveré a Heaven. Sí, quiero irme lo antes que pueda, y si pudiera me iría justo el domingo después de mi combate, pero no hay vuelos hasta el martes, así que me conformaré con eso.

Me doy una ducha con el agua fría que me proporciona la ducha, necesito una ducha de estas, de las que me alivian, de las que hacen que mis músculos dejen de sentirse tan tensos.

Necesito que estas frías gotas que acarician mi piel sean el cambio, que el vapor que se apodera de cada centímetro del baño sea la fuerza que me permita avanzar un paso, o mejor dicho, retroceder. Sí, eso es lo que necesito, retroceder al pasado, ser la persona que todos temían, y en parte siguen temiendo por los rumores, pero quiero serlo de verdad. Quiero ser un idiota con las chicas, quiero partir narices, mandíbulas, cualquier hueso, quiero fumar y vender drogas, ganar dinero, guardar cadáveres en mi habitación, no tener que darle explicaciones a nadie de lo que hago... Quiero ser Dropped.

Cierro mis ojos y hago puños con mis manos. Dejo que el agua siga saliendo por la alcachofa y que se deslice por piel. Casi puedo sentir como la ira de cada gota penetra en los poros de mi piel y se mezcla con mi sangre. Las paredes de mi corazón que se habían ablandado con el tiempo empiezan a endurecerse, mi sangre empieza a bajar su temperatura. Sé que es metafórico, pero en realidad lo siento así. Siento el metamorfismo que se produce en mi interior, como mis sentimientos dan un vuelco, como todo va cambiando lentamente.

No puedo seguir siendo el débil enamorado que era, no quiero seguir siéndolo.

Apago el grifo y entonces todo ha terminado. Algunos de los recuerdos se han disuelto con el vapor junto con algunos sentimientos. Tomo una bocanada de aire y después lo expulso todo.

Salgo de la ducha y me seco rápidamente para ponerme el pijama ya que hace un frío que pela. Me seco el pelo por último con la toalla y salgo al pequeño salón para tumbarme en el sofá y ver la televisión.

Poco a poco me voy quedando dormido hasta que finalmente caigo en un profundo sueño. Ha sido un día largo, y mañana tengo por seguro que también lo será. O quizás no.

A la mañana siguiente me despierto a las una de la tarde. Me sorprendo por lo tarde que se ha hecho y me visto para después salir del hotel.

Camino por las ya llenas calles de Nueva York y busco un bar con mi mirada, necesito volver a mis costumbres.

Llego a un bar cutre en el que solo hay viejos, pero no me molesto en buscar otro, las calles están demasiado llenas y me empiezo a sentir atrapado entre ellas, así que entro en este. Me siento en la barra y espero a que la joven camarera que se encuentra tras esta me atienda.

-Un joven, raro. -me dice cuando me ve.- ¿Esperas a tu abuelo?

Le sonrío de lado y niego con la cabeza.

-Ponme una cerveza. -le pido.-

-Está bien, vamos a hacer como si no soy consciente de que no tienes la edad suficiente para beber alcohol. -me dice mientras coge un vaso de cristal y lo llena de cerveza.- Porque la gente joven no viene aquí.

El bar está lleno de viejos borrachos que probablemente están aquí por no sentirse solos en su casa, recordando a su difunta esposa. En parte, me siento identificado con ellos, yo intento hacer lo mismo, aunque yo no soy un viejo.

-¿De dónde eres?

Frunzo el ceño.

-¿Tanto se nota que no soy de aquí? -pregunto.-

DROPPED 2 - CLOUDSWhere stories live. Discover now