Capítulo 42

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Jared

Ese día no tenemos ninguna prueba. Las horas van pasando y pasando hasta que nuevamente anochece y James vuelve a ponerse a intentar hacer fuego. 

Miro mi rodilla, la cuál parece haber mejorado bastante, pero sigo sin fiarme. 

Cuando la doctora se puso de cuclillas me durmió para poder trabajar con mi rodilla, así que no soy consciente de lo que me hizo, y los chicos aseguran no haber podido visto nada. 

Unas horas después la llama hace acto de presencia entre la madera y miramos a James fascinados. Lo ha conseguido.

-Joder. -dice James emocionado, con una leve sonrisa en sus labios.- Lo he hecho.

 James coloca la madera sobre un pequeño depósito de piedras que Kai ha hecho donde están las hiervas que ha estado reuniendo, y empieza a arder todo lentamente.

-Dios, pensaba que no lo conseguirías nunca. -dice Bethany mientras se acerca un poco al fuego, buscando calor.- 

Todos nos acercamos a la pequeña hoguera y esa noche, por primera vez, logramos dormir un poco más de lo usual. 

A la mañana siguiente despertamos porque la voz de Elsa retumba entre los altavoces instalados.

-Buenos días bellos durmientes, siento tener que hacer esto tan temprano, pero ¿qué mejor manera de despertar que con una prueba?  Buscad el edificio negro a vuestro oeste, es bastante alto así que solo tenéis que levantar la vista para verlo.  Tenéis diez minutos.

Todos nos levantamos deprisa y me sorprende que ya no me duela nada la rodilla. La miro y apenas queda una cicatriz de esta. 

-Eso ha sido demasiado rápido... -murmura Bethany.-

-Vamos. -les digo y empiezo a correr hacia el edificio rojo, que está a nuestra derecha.-

Esta vez no nos tropezamos con nada en el camino, y logramos llegar antes de tiempo al edificio rojo, donde las puertas ya están abiertas.

Entramos y nos encontramos con diferentes puertas en la sala principal, con etiquetas blancas en ellas donde en una letra negra y cursiva están escritos los nombres. Cada uno buscamos nuestros nombres y antes de entrar nos miramos.

-Nos vemos después. -les digo para después abrir la puerta entrar en la habitación.-

La habitación esta oscura, una tenue luz, que no sé de dónde procede, es lo único que me permite ver una silla giratoria. Me acerco a esta y me siento con poca seguridad. Pongo mis manos en los brazos del sillón buscando comodidad, y entonces rápidamente dos cintas se atan cada una a una mano, impidiendo que pueda moverlas de ahí.

-¿Qué coño? -Gruño intentando levantarme, pero no lo logro.-

-Intenta mantener el control. -Dice una voz mecánica y entonces una imagen se proyecta en la pared.-

Un chico camina por una avenida. Frunzo el ceño y lo reconozco, es aquel chico de Nueva Jersey, el exnovio de Madison, Jeremy.

Entonces se para frente a la puerta de una casa y toca el timbre. Minutos después Madison sale por la puerta y empiezan a hablar. El video está silenciado así que no logro escuchar de qué hablan.

Abro los ojos cuando los labios de Madison se acercan a los de Jeremy, y me alegro cuando este la para poniendo sus manos en sus hombros y la estampa contra la puerta.

Él le dice algo a lo que ella responde, y entonces ahora es él quien le besa, de una manera feroz. Ella abre su boca y Jeremy le mete la lengua.

-¡Basta! -grito intentando levantarme nuevamente.- ¡Ha sido suficiente! -gruño.-

Ahora sus cuerpos están más juntos que antes y el abre la boca, probablememte para gemir.

Maldito desgraciado.

Ella le dice algo y él niega con la cabeza para hablar y alejarse de ella, saliendo de allí.

-Esto tiene que ser mentira. -espeto.- Lo habéis editado. ¡Eso nunca pasó!

-Lamento decirte que pasó. -escucho la voz de Elsa.-

-Eres una jodida desgraciada. -gruño.-

-¿Dónde está tu control?

Intento calmarme, pero estoy que echo humos.

-Así me gusta. -dice.- Lo que necesitamos en California es a gente con control. No creo que tu puedas tenerlo.

-Tengo mucho control. -digo cerrando los ojos para no perderlo.-

-¿Crees que sería bueno para Madison tener a una persona cómo tú? Una persona sin futuro, sin estudios, sin casa, sin dinero... Probablemente ella ya haya encontrado a alguien mucho mejor que tú. Me he enterado de que a mi hermano le gusta Madison, ¿sabías eso? -Tenso la mandíbula.- Intentaré que pasen más tiempo juntos...

-Hija de puta. -ladro apretando mis puños y entonces rompo las cintas que las sujetaban.-

-Control, Jared, control. -dice.-

Madison

Esa mañana, tras volver de la revisión, me encuentro a Walter en el sofá del salón.

-Madison... -dice en cuanto me ve.-

-¿Walter? -frunzo el ceño.-

Hace bastante días desde la última vez que lo vi. Se levanta del sofá y se acerca a mí.

-Me he enterado de lo que mi hermana está haciendo... Lo siento mucho, no sé ya cómo pararla. -dice con cierto arrepentimiento en sus ojos.-

-Nadie puede pararla... -hago una mueca.-

-Y por lo que veo es verdad lo que he escuchado... -me mira.- Estás embarazada.

-¿Cómo lo sabes? -digo con pánico.-

-El otro día fui a un bar y por casualidad una chica hablaba de una tal Madison embarazada. Sabía que había probabilidades de que tú fueses esa Madison, pero no estaba seguro porque, no eres de Heaven...

-Sabes lo que eso quiere decir...

-Que Elsa no puede enterarse. -asiente.- Y no lo hará.

-Gracias... -murmuro.- ¿Cómo estás? -le pregunto entonces.-

-Bien, he conseguido un trabajo en Los Ángeles y he estado un poco ocupado...

-¿Un trabajo? Eso es genial. -digo simulando una sonrisa.-

-Sí... -sonríe de lado.- ¿Tú cómo estás llevando esto?

-Lo mejor que puedo... -tomo una bocanada de aire intentando no derrumbarme.-

Me mira con tristeza y hago una mueca intentando apartarlo de mi mente. No puedo derrumbarme delante de él.

-Sabes que puedes contar conmigo cuando quieras... -Me dice entonces.- Si necesitas un amigo, compañía...

-Gracias, Walter. -le digo regalándole una sonrisa.-

Me fijo en sus ojos verdes, los cuales no apartan la mirada de mí. Walter es un chico muy atractivo, me sorprende que no esté con nadie con lo guapo que es.

¿Por qué estoy pensando eso?

-Tengo que irme a trabajar, pero te enviaré un mensaje más tarde. -me dice acercándose a mí para darme un beso en la mejilla y después salir por el salón.-

-¿Quién era él? -Pregunta papá.-

-Un amigo.

-Me gusta. -me dice.- Es la clase de chico con el que deberías estar.

Tenso la mandíbula. Con que no sea Jared a papá le gustaría que estuviese hasta con un yonki.

Nadie nunca aceptará que esté con Jared. Pero no me importa, soy yo quien está escribiendo su destino, no ellos.

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DROPPED 2 - CLOUDSWhere stories live. Discover now