Capítulo 5

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Una corriente helada recorrió mi espina dorsal. No, papá estaba jugando, mi madre había muerto en una explosión en su trabajo, mi madre no era parte de ese juego, no, estaba bromeando.

—Ya, no es gracioso, deja de jugar —Negué con la cabeza.

—No estoy jugando Elisse, pero temía que esto sucediera si te revelaba la verdad —Dijo alterado.

—¿Quieres decir que viví basándome en una mentira casi 20 años? ¿Quieres decir que las personas se reían de mí al verme dejando flores en el lugar dónde creía que mi madre había muerto? —Grité furiosa.

—¡TÚ NO ENTIENDES ELISSE! ¡No podía decirle a una niña de cuatro años que su madre había sido asesinada en un juego diabólico! —Gritó de igual manera.

—Que te den —Salí dando un portazo.

Estaba furiosa con mi padre ¡20 años creyendo que mamá había muerto en una explosión! Entendía que estaba muy pequeña para entender que había sucedido en realidad, pero, hubiera preferido saberlo desde el principio, aunque no entendiese. Seguía sin poder creer que mamá había sido parte de ese juego, los pocos recuerdos que tengo de ella, son de una mujer dulce, atenta y amable. La lágrimas empezaban a escocer en mis ojos, dejé que fluyeran libremente, tenía tanto tiempo tragándome el dolor sobre la muerte de mi madre pero no podía más. Me descubrí conduciendo sin rumbo alguno, decidí ir al parque que visitaba con la tía Margaret, en estos momentos, me daba igual la situación de Warrenton. Estacioné mi auto a unos pocos metros del parque y divisé a unas cuantas personas jugando con sus hijos. Me apetecía un helado así que me acerqué a la señora con el carrito.

—Hola, uno de pistachos por favor —Pedí.

—Con gusto linda —Sonrió y me tendió el barquillo.

—Gracias —Lo tomé y le tendí el billete.

—A ti nunca te había visto por acá ¿Vienes de visita? —Preguntó con curiosidad.

—Si, estoy visitando a mi padre —Asentí.

—Es un pueblo muy pequeño, ¿Cual es su nombre?

—Sean Thunder —Respondí.

—Lo lamento cariño, estoy en desventaja —Se disculpó.

—No hay problema ¿Puedo preguntarle algo? —Dije tímidamente.

—Claro.

—¿Sabes sobre un juego llamado...Los seis segundos? —Tragué duro.

Su expresión se ensombreció y la sonrisa que marcaba sus hoyuelos desapareció, me miró mal y habló.

—Vete.

—¿Qué sucede? —Pregunté confundida

—¡VETE! ¡LÁRGATE Y NO VUELVAS! —Gritó llamando la atención de las pocas personas que estaban en el lugar.

Corrí hasta mi auto y me encerré dentro ¿Cómo una pregunta tan insignificante podía cambiar de blanco a negro? Puse en marcha en cacharro y decidí volver a casa de mi padre, esperaba que ya hubiese olvidado el incidente de hace unas horas. La noche había caído y las calles seguían igual de desiertas que cuando había llegado acá, estaba mirando al lado de mi ventana, no me dí cuenta cuando sentí haber chocado con algo, me bajé rápidamente a inspeccionar y grité horrorizada cuando vi al gato ensangrentado bajo mi auto, me puse en cuclillas para sacarlo, entonces escuché que alguien llamaba mi nombre. Volteé sigilosamente y había un niño parado detrás de mi.

—¿Qué haces? —Susurró.

—Accidentalmente atropellé a un gato y trato de sacarlo —Expliqué— De cualquier forma ¿No deberías estar en casa?

—¿Un gato? Yo no veo ningún gato ahí —Respondió ignorando mi pregunta.

-Ve a casa cariño -Dije girándome para volver al gato.

Mi piel se volvió hielo al darme cuenta que el pequeño tenía razón, no había ningún gato ahí, estaba imaginando cosas. Miré por encima de mis hombros y el niño se había ido ¿Qué mierda? Me paré y me di cuenta que no había ninguna casa cercana, de hecho, el lugar estaba desierto. Volví a mi auto rápidamente y lo puse en marcha, conduje lo más rápido que lo había hecho y aparqué frente a mi casa. Me bajé y llegué al umbral corriendo, abrí con las llaves que papá me había dado y cerré de un portazo accidentalmente.

—¿Eli? —Preguntó papá desde la sala.

—¡He vuelto! —Grité.

Me encaminé hasta la sala de estar y papá estaba echado en el sofá comiendo una manzana, me senté en el sofá de al lado y resoplé.

—Lamento haberte tratado tan mal este día —Me disculpé.

—Está bien, también hubiese reaccionado así si estuviese en tu lugar —Dijo sin mirarme.

—¿Todo bien? —Pregunté.

—Todo bien.

Nos quedamos sentados viendo el noticiero local, al parecer habían más desaparecidos, la reportera aconsejaba que no saliéramos de nuestras casas, pues había alguien allá afuera en busca de personas para hacerles daño. Al terminar, papá se despidió con la mano para hacerme saber que iba a dormir. Por mi parte seguí cambiando canales tratando de encontrar alguna película de mi interés, finalmente apareció una comedia romántica que se llamaba "The proposal". Estaba a mitad de la película cuando escuché un ruido proveniente de la cocina, me levanté y me dirigí a revisar que sucedía, prendí la luz y parecía que todo marchaba en total orden, habían platos sucios así que trabajé en lavarlos, el patio lucía totalmente oscuro, tal como estaba en mi sueño cuando alguien me veía, fijé mi mirada en los platos que lavaba cuando de pronto la luz se apagó.

—Papá enciendela —Pedí.

La luz volvió y seguí, un plato tenía una gran mancha de lo que parecía espagueti, tallaba fuertemente cuando papá volvió a apagar la luz.

—Papá no es gracioso, enciendela —Dije irritada.

No respondió.

—¡Papá! —Chillé.

No respondió. Me volteé y no había nadie ahí, me dirigí a encenderla por mi propia cuenta, miré a los lados y no había señal de vida, presioné el interruptor y la luz no encendía, lo intenté nuevamente y no respondía.

—Te dije que no había ningún gato ahí.

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¡Hey hey! ¿Cómo estuvo vuestro fin de semana? Espero que haya estado increíble. Quería disculparme de nuevo porque este capítulo os parecerá muy corto pero últimamente he estado teniendo problemas de salud y se me dificulta escribir, cuando me sienta mejor os prometo un maratón 3/3, pero por ahora espero que os guste ;)


Seis SegundosWhere stories live. Discover now