Capítulo 18

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Miré con temor la sádica escena que yacía frente a mí. La tía Margaret se había desplomado en el piso formando un gran lago de líquido carmín. Me incliné para comprobar sus signos vitales, era inútil, estaba muerta. Llamé a la policía aún petrificada por lo que acababa de hacer. 

Las sirenas se escuchaban desde lejos y el reflejo de las luces se hacían notar en las paredes de las casas vecinas. No podía dejar que me llevaran a la cárcel, tenía que acabar con esta maldición. Lo pensé una y otra vez mientras mordisqueaba mis uñas nerviosamente y finalmente accedí a las ideas de mi mente. Tomé el cuchillo entré mis manos y sin pensarlo una vez más, enterré la hoja en mi pierna derecha haciendo que el dolor se extendiera por todo mi cuerpo. Me recosté a una prudencial distancia del cadáver de mi difunta tía. Segundos después escuché un estruendo en el patio delantero. 

—¡Elisse! — Escuché la voz de Marcus — ¿Qué..? ¿Quién..? — Se inclinó sobre la tía Margaret para comprobar su vitalidad — Un cadáver y un herido en el 42 de la calle Lincoln — Habló al radio. 

Un lago de sangre proveniente de mi pierna había cambiado el verde césped a un rojo escarlata. Los ruidos se hacían menos audibles y lo único que distinguía eran sombras al momento en que fui levantada del piso para ser llevada a la ambulancia. Sentía las manos de la enfermera tocando mi cuello para comprobar mis latidos, una ensordecedora risa invadió mis sentidos.

"Eres ridícula" 

Y todo se volvió negro.

—Elisse...

Papá y la tía Margaret estaban parados frente a mi. Estaban vivos. Sanos y salvos. Corrí directamente a abrazarlos.

—Estaba tan asustada papá  —Me solté a llorar

—Me asesinaste... —Susurró la tía Margaret

Abrí los ojos y era ella a quien abrazaba. Papá había desaparecido. Me miró con los ojos inyectados de sangre y me alejé rápidamente.

—Acabaste conmigo Elisse — Musitó — Me asesinaste.

—No...No.

¡NO!

Me encontraba en una habitación de hospital. Estaba conectada a un suministro de suero vía intravenosa, por lo tanto había una aguja enterrada en mi mano izquierda por donde el líquido pasaba. Miré con atención alrededor del pequeño cubículo, Marcus me miraba con el ceño fruncido desde el sofá que estaba en una esquina.

—¿Cómo te sientes? —Preguntó

—Viva —Respondí cerrando los ojos

—¿Puedes contarme que sucedió? —Enarcó una ceja

—Er...Un hombre —Tragué duro— Un hombre asaltó la casa y asesinó a la tía Margaret y me hirió —Expliqué titubeando

—¿Estás segura? 

—Si.

Una enfermera pasó a la habitación a cambiar el suero. Marcus salió para tomar una llamada, dejándome sola. Luego de al menos quince minutos volvió.

—Tus huellas fueron encontradas en el cuchillo —Me soltó de una vez

—¿Qué? —Fingí sorpresa

—¿Tienes algo que contarme? —Dejó su teléfono en la mesilla 

—Te lo he contado todo —Bufé— ¿Qué estás pensando? ¿Yo asesiné a Margaret? 

—No. De hecho esa idea no nadaba en mi mente, gracias Elisse —Susurró 

—¡Yo no lo hice! —Vaya mentira— ¡No lo hice!

Seis SegundosWhere stories live. Discover now