Capítulo 11

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—¿Cómo mierda sucedió? —Grité furiosa

—No lo sabemos, desapareció, nadie se percató de lo que sucedía —Explicó la enfermera.

—Ni estando muerto mi padre puede descansar —Me abrazé a mi tía soltándome a llorar por enésima vez.

—Ya hemos llamado a la policía, le pido disculpas y por favor relájese —Dijo la señora secretaria.

Me moví del lugar sin decir palabra, la tía Margaret acariciaba mi espalda en pequeños círculos como muestra de consuelo. Tomamos asiento en las oxidadas bancas de la sala de espera del hospital, la noticia de la muerte de mi padre estaba siendo narrada en el noticiero, siendo mencionado como "Un suicida..." Las lágrimas se dieron vía libre para correr bajo mis mejillas como lo habían hecho todo el día, joder, no podía creerlo aún. Mi tía se levantó de su asiento para preguntar por noticias sobre el cuerpo de mi padre.

Nada.

Volvió totalmente enfadada por la incompetencia de la enfermera que según lo que me dijo, la señora estaba barnizando sus uñas en el escritorio mientras tomaba una soda con popote. Las horas pasaban agonizante y lentamente, una hora más sin saber de mi padre, una hora más sin él. Cuando el reloj marcó las siete de la tarde estaba harta, harta de que en este maldito hospital aún no supieran nada. Me paré de mi asiento para estirar las piernas y decidí ir a preguntar por información.

—¿Alguna noticia? —Pregunté a la enfermera de recepción.

—No, aún no —Siguió limando sus uñas.

Sentí la sangre en su punto de ebullición más alto hervir en mis venas. No podía. ¡Coño! No podía. En un ataque de furia arranqué la lima de sus manos y me miró con impresión, acto seguido la tomé del cabello y golpeé su cabeza fuertemente en el escritorio. La mujer gritaba por ayuda mientras yo descargaba toda mi ira acumulada de días golpeándola una y otra vez. Sentí unos brazos desconocidos rodearme para separarme de la ensangrentada enfermera.

—¡HAZ TU JODIDO TRABAJO PERRA! —Le grité mientras la gente miraba sorprendida el espectáculo.

Me lanzó una gélida mirada y se limpió el liquido carmesí saliendo de su labio. El guardia de seguridad juntó mis brazos por detrás de mi cuerpo para esposarme. ¿Qué mierda?

—¿Qué estás haciendo? —Ladré furiosa.

—Una noche en la cárcel no te vendrá mal luego de tan bárbaro ataque de fiereza —Anunció.

—¡Alto! —Escuché a la tía Margaret decir detrás de nosotros— ¿Cual es el problema oficial?

—La señorita acaba de atacar a golpes a la enfermera y debo llevarla conmigo a la comisaría —Explicó con desdén.

—No la culpo señor, con tan irresponsable persona como esta —Señaló a la secretaría que sonreía satisfecha— Yo también lo hubiera hecho.

—Los problemas no se arreglan de esa manera y siendo personas mayores es más fácil sentarse a razonar —Aconsejó el guardia.

—¿Sentarse y razonar? ¿Me está jodiendo? He estado sentada todo el puto día en esas jodidas bancas de allá, esperando alguna noticia pero parece que la hija de puta esta sólo piensa en el estado de sus estúpidas uñas —Despotriqué molesta.

—Escucha niña, yo no puedo hacer que por arte de magia el cuerpo de tu padre aparezca, probablemente ya duerma en el fondo de un río y no lo vuelvas a ver —Se defendió enarcando una ceja.

—Gigi Sanders, no te permito hablarle así a la chica, toma tus cosas y vete —Dijo una mujer afroamericana que parecía haber escuchado toda la discusión— En cuanto a usted señorita Thunder, me parece que le vendría bien esa noche en la cárcel—Finalizó.

—Pero... —Objeté.

—Nada, llevatela Marcus —Caminó de nuevo hasta su oficina.

La tía Margaret condujo detrás de la patrulla hasta llegar a la estación policial. El oficial me había soltado las esposas hace un buen rato pero eso no quitaba en ardor que había nacido en mis muñecas por el constante jaloneo. Me registró en la comisaría y me llevo hasta una de las oscuras y pequeñas celdas al fondo de la estación. Analicé el estrecho espacio y me dí cuenta que lo único que había dentro era un sucio inodoro y una "cama" de cemento en una esquina.

—Tienes cinco minutos —Anunció un rechoncho oficial dejando pasar a la tía Margaret.

Me miró con compasión y tomó mi mano a través de los oxidados barrotes.

—Mañana saldrás ¿Está bien? Mañana estarás fuera e iremos a buscar a esa estúpida enfermera para terminar de matarla —Rió sin humor

—Promete que si tienes cualquier noticia del cuerpo de mi padre vendrás aunque sea de madrugada —Apreté fuertemente su mano.

—Lo prometo cariño —Acarició mi frente limpiando las perlas de sudor habían salido al exterior a causa del calor del lugar.

—Su tiempo ha acabado.

La señora de cabello canoso se despidió de mi en un incomodo abrazo; caminó hasta la puerta no sin antes gesticular "suerte" en silencio. Sólo la luz de la luna podía iluminar el lugar, estaba completamente sola y en silencio. Caminé a tientas hasta la improvisada cama y me senté. ¿Cómo había acabado acá? Tan sólo ayer por la mañana comía waffles con papá mientras me contaba sobre mi madre y ahora él estaba muerto.

Un estruendo retumbó entre las paredes de la pequeña habitación. Me detuve a observar por la pequeña ventanilla. Un gran árbol había concluido sus años de vida al caer al piso con todo el peso hueco. Volví a sentarme en aquella superficie dura mientras miraba con falta de interés las sombras que formaban las nubes que volaban frente la luna.

Un escalofrío se apoderó de mi cuando pude ver una sombra negra que me observaba desde afuera. Me arrastré lentamente hasta tocar la pared con mi espalda. No podía escapar.

—Matar —Susurró.

—¿Qué quieres? —Musité.

—Tu...Alma.

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¡HOLAAAAAAAAAAAA! ¡CÓMO ESTÁN! ESPERO QUE MUY BIEN. ME GUSTARÍA AGRADECERLES POR LOS 30K ¡LOS AMO CON MI CORAZONCITO! SON LA RELACIÓN MÁS LARGA QUE HE TENIDO. ME PREGUNTARON COMO SE LLAMABAN LOS FANS DE SEIS SEGUNDOS, YO NO SABÍA QUE TENÍA FANS XD PERO AL FINAL QUEDAMOS EN QUE SE LLAMARAN SECONDERS, LUEGO DOY CRÉDITOS A LA CHICA ;) ESPERO QUE LES GUSTE ESTE CAPÍTULO, LOS AMOOOOO♡.

-Iris.

Seis SegundosOnde as histórias ganham vida. Descobre agora