Capítulo Uno: Las apariencias engañan.

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Esquivó con agilidad un golpe que iba directo a su mandíbula y en respuesta le dio un buen golpe en la nariz a su oponente, que lo hizo trastabillar y dejó mareado el tiempo suficiente para que, aprovechando su posición ligeramente agachada, le proporcionara un fuerte golpe en la espalda que lo hizo caer de rodillas frente a él.

Grayson lo tomó por el cabello y llevó su rostro directo a su rodilla, con eso el hombre cayó derrotado al suelo, incapaz de ponerse de pie de nuevo.

Los gritos estallaron a su alrededor y Ashton, su mejor amigo, apareció entre el tumulto de gente casi saltando de emoción como todos ellos lo hacían; entró al improvisado ring y lo tomó de la muñeca para levantar su mano con un grito de victoria.

— ¡Nuestro campeón invicto, Gray Wolf, señores! —Exclamó con emoción.

— ¡Gray! ¡Gray! ¡Gray! —Gritaba la gente con júbilo, e incluso cuando se encontraba agotado y ligeramente mareado él se las ingenió para sonreír y gritar con ellos, observando cómo alguien arrastraba con dificultad al perdedor fuera del ring.

Se dejó llevar un momento por la adrenalina que venía después de cada victoria, escuchando a la gente vitorear su nombre. Siempre había algo emocionante en ganar una batalla por más sucia, sudorosa y estúpida que fuera.

Y ahí estaba él; Grayson Tucker, o como a ellos les gustaba llamarle "Gray Wolf", el mejor peleador de toda la ciudad, quien se había enfrentado a los oponentes más grandes y fuertes, saliendo victorioso en cada ocasión.

Salió del ring con su amigo a su lado, quien palmeaba su espalda desnuda y le repetía cuan genial había estado mientras el golpe de adrenalina inicial dejaba el cuerpo de Grayson.

—Estuviste genial, amigo —Dijo Ashton, sacudiendo su cabello empapado de sudor—. Espera aquí, iré por lo que ganamos esta noche.

Ashton era, en palabras técnicas, su entrenador no profesional, y se emocionaba demasiado en cada pelea que Grayson ganaba como si fuese su primera victoria, incluso cuando no era glamoroso y mucho menos interesante.

Grayson derrotaba a sus contrincantes como si fuese un paseo por el parque, y aquello había llamado la atención de muchos adultos que buscaban ganar dinero fácil explotando a jóvenes fuertes, incautos y necesitados como él; varias veces le habían ofrecido algún contrato, pero cada una de ellas las había rechazado, encontrando más entretenido y mucho más favorecedor seguir trabajando con Ashton.

Él volvió y le entregó un montón de dinero que Grayson no se molestó en contar y le tendió su camiseta, que llevaba colgada en el hombro casi como una bandera.

— ¿Te quedarás un rato? —Preguntó él, brillando de alegría.

—Nah — Dijo y Ashton no refutó, solo asintió y le tendió su botella de cerveza.

—Para el camino. Suerte amigo.

Luego de dos palmaditas en el hombro él se fue a festejar con otros chicos que se veían mucho más grandes y peligrosos que él; si hubiese sido cualquier otro él se habría sentido protector y cuidadoso, pero Ashton era un hueso duro de roer y sabía que además de fuerte era hábil para mantenerse fuera de los problemas, así que se puso su camiseta y comenzó a caminar hacia la salida.

—Gray Wolf —Dijo una voz femenina demasiado cerca de él; Grayson se giró ligeramente cansado, y se encontró con una voluptuosa chica punk de cabello negro y púrpura, con los labios pintados de negro y piercings por todo el rostro.

—Hey —Contestó, intentando no parecer muy desinteresado.

—Gran pelea la que tuviste allá — Ronroneó contra su oído al mismo tiempo que pasaba un dedo por su mandíbula. Grayson apretó la mandíbula e hizo todo lo posible por no retroceder de inmediato ante su toque.

GRAY WOLF [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora