Capítulo Quince: Fuegos Artificiales.

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Grayson.

Lo único que sentía, era el concreto lastimando sus rodillas, pequeñas piedras encajándose en sus manos y la horrible sensación de ser utilizado de la manera más vil y vergonzosa. Él levantó la vista como pudo, y lo primero que vio fueron contenedores de basura y un oscuro callejón que daba a una no muy transitada calle. 

Al llegar a la acera sintió una mano sujetarlo con fuerza del hombro y una presencia que lo hacía sentir como un pequeño pedazo de basura inservible. Él, agachó la vista con resignación para encontrarse con un muy elegante par de zapatos y una voz masculina que más parecía el sisear de una serpiente le habló al oído. 

Grayson no podía estar seguro qué había dicho, pero todo su interior se sintió de pronto frío y una profunda desesperanza se apoderó de él, como si toda la energía fuese drenada de su cuerpo con cada segundo que pasaba. Al final él asintió y se dejó guiar por la oscura y alta sombra de vuelta al callejón; una y otra vez, por lo que se sentía como una eternidad.

Él escuchaba las groseras palabras, sentía manos fantasmas jalar su cabello con brusquedad, violentos cuerpos tres veces más altos y más viejos empujándolo, apretándolo por los brazos; escuchaba sucias bocas lanzar insultos que permanecían grabados en el fondo de su cráneo, sentía manos sujetando su cuello con fuerza; humillándolo, asfixiándolo hasta que cada intento por respirar era inútil y dolía tanto que el dejar de respirar para siempre se sentía como una probabilidad bastante tentadora. Todo para dejar aquello atrás, lo que sea por olvidar. 

*            *            *

Él despertó de manera abrupta y lo primero que sintió fue la suave piel del pecho de Matt contra su cuerpo y el tranquilo latido de su corazón contra su oreja.

De inmediato, los recuerdos del estúpido ataque de ansiedad que había tenido ante él no muchas horas atrás volvieron y se combinaron con los restos de su sueño, haciendo que su respiración se dificultara de nuevo y se sintiera cada vez más encerrado.

Él se puso de pie con cuidado de no despertar a Matt y salió hacia el balcón. Afuera, la neblina cubría toda la calle y sus pies casi congelados le decían que había nevado mientras ellos dormían; él solo llevaba sus bóxers puestos y el viento era fuerte y frío, pero no importaba. 

En esos momentos, su cabeza estaba hecha un desastre y no podía hacer más que pensar en una y mil cosas al mismo tiempo, haciéndole olvidar por momentos que era, en efecto, un débil ser humano que respiraba, sentía y podía enfermarse.

No estaba seguro de cuanto tiempo había pasado, pero él salió de su ensimismamiento sólo cuando sintió unos brazos rodearlo con una manta cálida por la espalda acompañada por una cálida respiración contra su piel. 

— ¿Qué pasa? —Preguntó Matt, descansando la cabeza en su hombro. Grayson, quien ahora mismo se encontraba viendo hacia la calle, se giró lentamente para encontrarse los ojos consternados de Matt observándolo con detenimiento.

—Hum... nada —Él musitó. Matt solo asintió y sus ojos se quedaron clavados en los suyos; éstos no se veían demandantes, pero algo en ellos hizo que soltara un suspiro cansado y lo atrajera más cerca a él, agachándose para reposar la cabeza en su hombro.

—La verdad es que... tuve una pequeña pesadilla —Confesó resignado.

— ¿Quieres hablar sobre eso? —Preguntó en un murmullo a penas audible, subiendo y bajando las manos por su espalda. Grayson lo meditó un poco antes de negar.

—Es solo... ésa pesadilla recurrente. No importa mucho, ya me acostumbré a ella pero puede ser un dolor en el trasero a veces.

—Hmm —Matt asintió—. Vamos adentro, te vas a enfermar idiota. 

GRAY WOLF [EN EDICIÓN]Where stories live. Discover now