Capítulo 14: No puedo hacerlo.

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Grayson.

— ¿Qué demonios haces? —Gimió él, luego de que logró  hacer que su cuerpo reaccionara. 

—Asumí que si no querías contestarme, tampoco querrías abrirme... y eme aquí —Respondió y por la bocina de su celular él pudo escuchar sus suspiros de esfuerzo mediante subía las escaleras.

—No deberías estar aquí —Replicó él, observando los edificios aledaños en busca de actividad.

—Lo sé. Pero aquí estoy de cualquier manera. Ahora, si no quieres que muera es mejor que cuelgues y me dejes concentrarme en no caer y romperme el cuello, gracias —Dijo con simplicidad y Grayson gimió con cansancio antes de colgar. 

Él se quedó ahí, recargado al barandal mientras Matt hacía su camino hacia arriba de la manera más ridículamente ruidosa del mundo. 

—No hagas ruido, vas a despertar a todo Boston —Lo reprendió Grayson en voz baja, cuando estuvo lo suficientemente cerca de él. Matt chasqueó los dientes.

—Esta es la cosa más ruidosa y vieja que existe —Se defendió utilizando la misma voz baja—. Una maldita bomba sería más silenciosa. 

Grayson rodó los ojos y lo observó llegar a su nivel. Él tenía las mejillas sonrojadas por el frío y lucía como si hubiera pasado a través de un tornado. 

—Hey —Dijo y se recargó a la barandilla justo a su lado, intentando recuperar el aliento—. Estas escaleras cansan más de lo que me imaginaba.

Grayson no dijo una palabra y pronto se sumieron en un incómodo silencio. Lo único que se escuchaba eran los sonidos de la ciudad y la pesada respiración de Matt, tranquilizándose más con cada segundo que pasaba. 

—Entonces... —Comenzó Grayson con incomodidad, dejando la frase inconclusa.

—Entonces —Matt repitió, rascándose una ceja. 

El silencio se hizo entre ellos de nuevo, pero esta vez se miraban el uno al otro. Así que Grayson fue capaz de ver; la pequeña línea que se hacía al lado de sus labios, delatando lo mucho que sonreía durante el día, debido al suave color rojo en sus mejillas las pequeñas pecas que bañaban sus pómulos se lograban notar mejor y sus grandes ojos pardos se veían incluso más inocentes con todo su cabello revuelto y su ropa desarreglada debido al viento, tenía grandes ojeras debajo de ellos y su piel se veía más pálida debido a lo oscuro de su abrigo, pero Grayson no había visto algo más hermoso en todo el día. Y él lo observaba como si Grayson fuese algo digno de ser visto con semejante... adoración. 

No sabía quien se había movido primero, pero no era como si le importara porque al inclinarse a él, los brazos y labios de Matt lo habían recibido al instante, y ahora se encontraba fundido contra su cuerpo, como cualquier drogadicto recayendo, tan absorto en el momento que se olvidó de todo a su alrededor. 

Los labios de Matt eran cálidos pero el resto de su rostro era como un témpano de hielo, sus manos estaban en ambos lados de su rostro y lo sujetaba como si temiera que él fuera a desvanecerse de entre sus dedos. 

Las manos de Grayson encontraron su camino por su cintura y lo jaló hasta que Matt estuvo justo frente a él, con una pierna entre las suyas y su cuerpo completamente pegado al de él. Él movió sus manos por su espalda baja y acarició el suave y caro abrigo que llevaba puesto. 

Aquello se sentía como la primera vez que se habían besado; la misma extraña adrenalina, la sensación de caminar sobre las nubes y volver a tu hogar luego de un largo tiempo alejado. 

Grayson no pudo evitar soltar un suspiro relajado, luego subió y bajó las manos por su espalda, intentando sentir lo más posible antes de que acabara. 

GRAY WOLF [EN EDICIÓN]Where stories live. Discover now