No particularmente exclusivo.

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Grayson.

Sus piernas se sentían de gelatina mediante subía las escaleras de su edificio esa misma mañana. Aquella noche había sido demasiado surreal y aún estaba sufriendo los estragos del canto de sirena que Matt utilizaba en su contra cada vez que estaba cerca. 

Estuvo tanto tiempo pensando una y otra vez en esas últimas horas que incluso Connor le preguntó qué le sucedía.

Usualmente no dejaba que los niños notaran que él estaba distraído, demonios, el nunca se dejaba distraer por algo que no fuese su familia, ¿qué hacía a Matthew Duncan tan jodidamente especial? Solo era un pequeña bolsa de palabras dulces y labios tentativos, no debería alterarlo de esa manera. Pero lo hacía, de verdad lo hacía.

Estando con sus hermanos no tenía mucho tiempo de pensar en otras cosas, pero mediante le hacía coletas de caballo a Olive, lavaba la ropa o ayudaba a Connor con sus tareas no podía evitar que Matt pasara por su mente al menos una vez. 

Maldito sea ese nerd.

*             *             *

Cuando recibió el mensaje de Matt esa noche diciéndole que estaba abajo no pudo evitar sonrojarse hasta tal punto que Michael le preguntó si se sentía bien. Le hizo saber a Mark que se iba y bajó las escaleras corriendo para luego subir al auto de Matt y que él comenzara a conducir. 

—Deberías reconsiderar el traer esta cosa hacia acá, cualquier noche te lo robarán —Comentó él mediante se abrochaba el cinturón de seguridad.

—Un gusto de verte a ti también —Replicó con sarcasmo—. Por cierto, luego de la pelea iremos a otra parte.

—Eso no suena como una pregunta.

—No lo es —Replicó con simplicidad—. Es una advertencia, pero te gustará.

Quizá era por todo lo que había sucedido entre ellos en la última semana, pero Grayson podía sentir algo flotando encima de su cabeza que lo hacía sentirse incómodo y cada vez más consciente de su cuerpo, así que mientras le daba indicaciones del lugar de la pelea no podía dejar de removerse en su lugar sin encontrar una manera cómoda de mantenerse sentado. Matt, mientras tanto, se encontraba tranquilo y sereno, como si no sintiera nada de lo mismo que Grayson estaba sintiendo. 

Matthew.

El lugar de la pelea no era una bodega clandestina esa vez, sino debajo de una autopista no muy concurrida, en un barrio que lucía bastante peligroso. Matt intentó no sentirse intimidado pero no podía evitarlo; las personas de ese lugar lucían incluso más peligrosas que en el Astra, y el lugar estaba iluminado solamente por unos postes de luz fluorescentes a varios metros de distancia, allá donde un vecindario comenzaba. 

—En esta parte de la cuidad no muchos me conocen, así que no te asustes si intentan intimidarnos, ¿de acuerdo? —Le murmuró mientras se acercaban más al tumulto.

—Intentaré no hacerlo —Comentó con inseguridad, incluso cuando ya estaba bastante aterrorizado.

Grayson le dio órdenes directas de no hacer nada estúpido y mantenerse en su lugar sin observar a nadie a los ojos y luego se fue hacia una mesa vieja donde había varios sujetos y una chica con rostros peligrosos. Quizá eran prófugos, pensó Matt mientras recorría el lugar con la mirada. 

—Hey, ¿No vas a apostar? —Preguntó una voz profunda detrás de él. Cuando Matt se giró se encontró con un sujeto negro y gigantesco de fuerte semblante.

— ¿Eh? Huh... no —Respondió. Intentando hacer el menor contacto visual posible.

Tienes que apostar, esas son las reglas —Replicó—. Si no, tienes que retirarte.

GRAY WOLF [EN EDICIÓN]Where stories live. Discover now