Capítulo Diez: Estoy Aquí.

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Matthew.

Durante todo el camino rogó que ningún policía de tránsito los detuviera porque estaba completamente seguro de que ya se había pasado como dos semáforos y estaba manejando demasiado rápido. 

Lo que usualmente habría tardado media hora, Matt lo recorrió en quince minutos y antes de que se diera cuenta estaba frenando con brusquedad frente al edificio de Grayson, quien no esperó a que el apagara el motor y solo salió disparado hacia el costado del edificio.

Matt no sabía qué debería hacer, ¿irse? ¿Esperar ahí? ¿Ir con él? No estaba seguro si Grayson lo quería ahí o no y él era bastante reservado acerca de su familia; su sentido común le decía que encendiera el auto y se fuera de nuevo, pero Grayson se veía más frágil de lo que lo había visto en toda su vida y aterrorizado como nunca. Simplemente no podía dejarlo solo.

Así que salió del auto y buscó alrededor, buscando el lugar a donde él había ido. Cuando levantó la vista fue cuando se dio cuenta que él estaba subiendo con rapidez las escaleras de emergencias y luego entró por una ventana, así que esperó; no sabía ni siquiera que esperaba, pero se mantuvo ahí observando la ventana por la cual había entrado hasta que volvió a ver movimiento. 

Él estaba de vuelta en la escalera, pero después salieron el resto de sus hermanos. Todos ellos comenzaron a bajar por las escaleras en una fila hasta llegar al final de éstas y Matt se acercó sin pensarlo dos veces para ayudar a bajar a Michael, Connor y Olive, la cual cargaba Grayson en los brazos. 

El último en bajar fue él, quien se veía bastante incómodo con su presencia en ese exacto momento. 

Todos ellos se encontraban en pijamas, Connor y Olive ni siquiera traían zapatos puestos y en sus rostros se reflejaba una expresión de miedo y tristeza que ningún niño debería tener en sus rostros. 

—Matt, ¿qué haces aquí? —Cuestionó Marianne, dándole un abrazo como saludo.

—Él me trajo hasta acá —Explicó Grayson, sin adentrarse más en el tema. 

— ¿Qué haremos ahora, Grayson? —Dijo Mark—. Es media noche, ¿esperar a que se le pase el berrinche? 

Grayson apartó la vista y miró hacia la calle con gesto pensativo. 

—No... creo que iremos a un motel a pasar la noche —Murmuró, tomando a Olive de los brazos de Mark—. Hace frío.

—Pero dejamos el dinero allá —Refutó Maureen. 

—Tengo el dinero de la pelea, eso servirá —Se encogió de hombros.

—O pueden quedarse en mi casa —Ofreció Matt, haciendo que todos ellos voltearan a verlo al instante. 

—No, claro que no —Grayson se negó de inmediato con gesto inexpresivo.

—No queremos causar molestias, Matt. Gracias —Dijo Mark, esbozando una agradecida sonrisa.

—Y no las causarán —Aseguró, mirándolos a todos. Olive se estaba quedando dormida en los brazos de Grayson y aún podía ver lágrimas secas en las mejillas de Connor. No podía dejarlos así de esa manera.

—Hay un motel a dos cuadras de distancia, caminaremos hacia allá —Dijo Grayson y Matt no pudo evitar rodar los ojos.

—Connor no lleva zapatos, Olive se está quedando dormida en tu regazo, ninguno trae chaquetas y está helando esta noche —Dijo Matt—. No miento cuando les digo que no causan ninguna molestia: mi casa tiene siete cuartos y solo tres están ocupados, hay suficiente espacio para todos. 

Michael bostezó y levantó la vista hacia Grayson al igual que todos sus hermanos, esperando que él dijera algo. 

—Se van a enfermar antes de que lleguen a ese motel. Vamos, Grayson, se sentirán mejor en mi casa y no tendrán que gastar dinero, ¿qué dices?

GRAY WOLF [EN EDICIÓN]Where stories live. Discover now