Tienes lo que pediste.

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Matthew.

Eso era lo que quería desde un principio, se repitió Matt varias veces mientras observaba a Grayson vestirse y salir por la puerta como si no hubiese sucedido  nada entre ellos. Él pidió por eso, era su plan desde el primer día así que, ¿por qué se sentía como mierda mientras escuchaba sus fuertes pasos bajar por las escaleras? 

Era ilógico, estúpido y lo hacía contradecirse a sí mismo; porque fue él quien pidió una relación sin compromisos y sin sentimientos, pero en el momento que escuchó la puerta cerrarse él apretó los ojos y dejó caer la cabeza a la cama nuevamente, sintiéndose más vacío conforme pasaban los minutos.

*             *              *

A la mañana siguiente sus papás aparecieron con su hermano y su tío Marco, preguntándose por qué la casa no estaba decorada y por qué había dejado comida china en la sala para perderse sin siquiera tocarla. 

Su mamá, quien era una especie de fanática de la limpieza comenzó a gritar por toda la casa, papá comenzó a quejarse de la migraña que le daba su simple voz y a Harry no le importó y se dedicó a ignorar los gritos mientras jugaba videojuegos en la sala con su tío, con el volumen quizá más alto de lo que era saludable. 

Matt, sin poder soportar el embriagante y alegre espíritu navideño, nótese el sarcasmo, subió los escalones y se encerró en su habitación, ocultando el rostro en la almohada en la que Grayson había reposado la noche anterior. Sin poder contenerse, él la rodeó con ambos brazos y cerró los ojos, aspirando el aroma que aún seguía ahí, deseando el poder prolongarlo para siempre. Ahora estaba bastante difuminado, pero Matt aún podía percibir el dulce olor a manzanilla y era todo lo que necesitaba en esos momentos. 

Ya que luego de su partida, Matt no había podido dejar de pensar que la noche anterior había sido la mejor que había pasado en... probablemente su vida entera. 

Grayson se había sentido real y mientras se encontraba en sus brazos, con el llenándolo en todas las maneras posibles, el pecho de Matt se había ensanchado hasta el punto en el que sintió que no sólo su corazón estaba ahí, sino el de Grayson también.

Por varios minutos se había fundido contra su cuerpo y si hubiera tratado no habría encontrado el lugar donde él terminaba y Grayson iniciaba. Matt había sentido como se convertían en un solo ser, en un solo corazón latiendo y un mismo ritmo sonando, y eso era lo que más le asustaba. 

Porque con otras personas la línea divisora estaba ahí presente todo el tiempo, porque con otras personas él sentía placer físico y sólo buscaba un cuerpo con el cual liberarse. Pero con Grayson fue todo lo contrario, y el placer que su cuerpo le brindaba se combinó con esa extraña sensación debajo de sus costillas que incrementaba mientras más lo veía y lo hacía sentir lleno, como si durante toda su vida se hubiese encontrado incompleto, al menos hasta ésa noche. 

Así que sí, Matt lo consideraba algo más fuerte, algo más importante que una simple noche. Sabía que Grayson era diferente, sabía que era especial pero, ¿por qué? ¿Acaso lo amaba? ¿Qué sabía él de amor, en primer lugar? 

Nada, era la respuesta. Él no sabía nada de amor. Lo único que conocía era eso que leía en los libros, lo que veía en las películas y de lo que las personas contaban, pero escuchar y sentir eran cosas muy diferentes. 

¿Y qué si su corazón se aceleraba de una manera honestamente ridícula cada vez que se acercaba a él? ¿Y qué si su estómago daba un vuelco cada vez que lo veía, por más corto que fuese el momento? ¿Y qué si su pecho se sentía vacío cada vez que él estaba lejos? ¿Qué si cada vez que estaba a su lado había algo en el fondo de su estúpido cerebro que le pedía tocarlo y acercarse más? ¿Qué si su tacto se sentía como mil estrellas chocando juntas al mismo tiempo? Es no significaba que lo amara, ¿o lo hacía?

GRAY WOLF [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora