Diario de un Mariquita

Tanto y tan poco.

Las clases de después del recreo han sido inetrminables.

David y su mierda de tema de geografía, el de lengua y su basura de latín, la tonta de tecnología que no sabe hablar francés y el pedazo de borde de educación física.

Después de las clases, Rocío me ha acompañado a casa. llevaba la música de su móvil al volumen máximo y iba gritando por la calle "Voulez vous coucher avec moooooiii, nanananaaaa" 

Naturalmente, no me he puesto a cantar con ella, aunque normalmente si lo hago, pero hoy me ha dado vergüenza ajena. Sé que intenta animarme, pero lo hace como el puto culo.

Al llegar a casa, veo a Alejandra y a su novio en el sofá. Mis padres están sentados en los sillones de efrente, en la mesa del medio hay unas tazas de café y un plato con galletas.

"Hola grandullón" me ha dicho papá. Acto seguido, mi madre ha empezado a explicar que Alejandra quería presentarnos a su novio. Ese matón de barrio se había convertido de repente en en mi cuñado.

Como no tenía ganas de hablar me he ido a mi cuarto. Unas horas después he ido a la habitación de mi hermana. Le he preguntado que si realmente va en serio con Ramón. Ella me ha explicado que sí, que por eso se lo presentaba a papá y a mamá. "Ramón les ha encantado" Me ha dicho.

Ojalá fuera como Alejandra. A ella todo le sale bien. Siempre es mejor que yo en todo... ¿Por qué ella tiene tantos amigos? ¿Por qué ella saca siempre buenas notas sin estudiar? ¿Por qué ella va siempre donde quiere, cuando quiere y con quien quiere? ¿Por qué recibe tanto y yo tan poco? Me esfuerzo siempre en dar lo mejor de mí, pero no es suficiente.

Creo que voy a dormir, aunque aún son las nueve, tengo muchos líos en la cabeza. Todo me sale mal.