Pizza con queso, beso.

33 0 1
                                    

Esos dos chicos de sonrisa radiante nos saludaron con la mano. No llevaban camiseta y... madre mía, qué buenos estaban.

Se metieron en la piscina, hicieron un poco el idiota salpicándose y jugaron al waterpolo. Cuando iban a salirse, no salieron por el lado en el que estaban Sandra y Carmen, sino por el nuestro.

Dios...las gotitas de agua se quedaban estancadas en los pectorales de cada uno y era muy sexy. Bueno, ya, esto no es erotismo, joder.

Nos saludaron súper amables, qué ricos. Dieron dos besos a mis amigas y a mí me dieron la mano. Nos dijeron sus nombres; Mario, el que era un poquito más alto, de 18 años y Jorge, de 17.

Cuando llevábamos ya 20 minutos hablando con ellos, Sandra y Carmen se acercaron

-Chicos ¿nos vamos a dar una vuelta?- Preguntó Sandra, picadísima.

-Nooo, con lo bien que se está aquí- Respondió Jorge.

-Mira, Sandra, yo no me voy a estar arrastrando, me piro. Y vosotros también os vais a pirar, porque esta es mi urbanización.- Dijo Carmen

-Te recuerdo, querida, que también es la mía.- Dijo Daniela, cortándola.

Con miradas de odio, se alejaron hacia el portal de Carmen. JAJAJAJA me encantó.

Jorge empezó a lanzarle fichas a Rocío de forma suprema y mientras, Mario, Daniela y yo manteníamos una conversación, no me acuerdo sobre qué.

Ya eran las ocho, la piscina iba a cerrar, así que recogimos las cosas y salimos. Los chicos nos propusieron cenar con ellos, y como no teníamos nada que hacer, aceptamos.

Cuando nos entró el hambre; Daniela, Mario y yo subimos a preparar una pizza a la casa de Daniela. Cuando bajamos con ella, Jorge y Rocío se estaban besando. Según les vimos, nos dimos la vuelta, no queríamos sujetavelear.

En cuanto se percataron de que ya habíamos bajado, empezaron a reirse y nos indicaron que nos acercáramos. Daniela y yo miramos a Rocío en plan de "Aghhh!!!, te has liado con un tío súper buenorro!"

Terminamos la pizza y nos reímos un rato todos, después, nos colamos en la piscina, vacía. Al principio nadie quería meterse porque el agua estaba muy fría, pero después, nos metimos todos, aunque claro, Rocío y Jorge por su lado, y los demás por el nuestro.

Nos salimos del agua y nos sentamos en el césped. Daniela se alejó un momento de nosotros para llamar a su madre y Rocío y Jorge estaban a lo suyo.

Mario me preguntó cosas sobre mí, sobre mi vida, ayy qué rico. Casi me derretí cuando me dijo:

-Ven, siéntate a mi lado.

Yo, vergonzoso, me senté.

-Pero hombre, más cerca, que no muerdo.- dijo chistoso. Yo me lo quería comer.



Diario de un MariquitaWhere stories live. Discover now