Capítulo 10

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Me gustaría comprar ese el hombre de cabello blanquecino señaló la pintura opaca —. Me gustan mucho las diferentes tonalidades de verdes y negros que ha utilizado —especificó el lienzo que había comprado decidido comprar.

Ya me había acostumbrado a que se dirigieran hacía mí por usted.

—Muchísimas gracias, señor. Me alegra mucho saber que le ha gustado —le sonreí tenuemente y muy alagada por su breve elogio respecto a mi cuadro.

Me aproximé a coger el lienzo que el hombre había escogido. Había terminado aquella pintura dos días atrás. Se podría decir que aquella pintura me recordaba a la noche en la que hallé a Dominique ebrio.

Recordaba que admiré la afable oscuridad durante largos minutos, sintiéndome parte de ella durante unos instantes. Casi una semana había pasado desde aquel inquietante percance, en el que no logré descifrar la razón por la que Dominique había acabado ebrio, al igual que las frases que había citado nada más acceder a su casa, seguido de aquellos desgarradores gritos que por la noche fuimos capaces de escuchar mis padres y yo.

Tome, aquí tiene le tendí la pintura en la pintura.

Muchas gracias el hombre alzó la pintura, permaneciendo esta frente de su rostro. La admiró durante unos cortos segundos —. ¿Cuánto cuesta?

Son diez euros.

¿Solo? interrogó con sorpresa —. Aquí tiene me entregó un billete de veinte euros —. Quédese la vuelta, por favor.

Pero...

Pase un buen día, señorita se despidió con una satisfactoria sonrisa.

Igualmente alcé la mano a modo de despedida —, ¡Y gracias! sonreí repleta de entusiasmo. El hombre volvió a devolverme la sonrisa, y acto seguido desapareció entre la pequeña multitud que rodeaban los demás puestos del mercadillo.

Dejé descansar todo el peso de mi cuerpo sobre el muro y me limité a contemplar las distintas personas que paseaban por el mercadillo, siendo atraídos por placenteros olores de repostería de algunos puestos.

Agarré el chocolate caliente que había pedido para llevar, y bebí un pequeño sorbo, ya que este aun ardía.

¡Deja de hacerme fotos! escuché gritar a una chica entre risas, hablando en inglés.

Observé como una chica de mi edad o tal vez un poco más mayor que yo, reía junto a un chico el cual no dejaba de fotografiarla. Este la agarraba de su mano y tiraba de ella, para así poder atraerla a su cuerpo, sin embargo, la chica batallaba por liberarse de su agarre entre risas.

Ven aquí le dijo el chico a ella. Acto seguido la atrajo a él, pero esta no se opuso . Sabes que te quiero, ¿verdad?

confirmó la chica con una jovial sonrisa en la comisura de sus labios —. Y yo también te quiero y sin pensárselo dos veces, el chico la besó con firmeza.

¿Sabías que espiar es de mala educación? susurró alguien contra el lóbulo de mi oreja, lo que provocó que me sobresaltara y soltara un grito ahogado al escuchar aquella voz. Me volteé en dirección a la persona y la observé con detenimiento.

Dios mío Noah posicioné mi mano sobre la zona de mi corazón, el cual latía sin vigor por el susto . Me has asustado. Poco más y se me sale el corazón del pecho.

Enigmático (VERSIÓN SIN EDITAR) Where stories live. Discover now