Capítulo 13

14.5K 1.1K 274
                                    


¡Madre mía! ¡Cuanta gente! exclamó mi madre visualizando a la gran masa de personas que se ubicaba en el interior del aeropuerto de Barcelona.

Habíamos aterrizado en Barcelona hacía unos veinticinco minutos. Estuvimos unos quince minutos esperando en una sala a que nuestros equipajes saliesen por las cintas correderas junto al resto de personas que habían estado en nuestro mismo vuelo.

A lo largo del vuelo, traté de concentrarme en mi lectura, no obstante, podía sentir la mirada de Dominique puesta en mí todo el tiempo. Después de aquellas chocantes preguntas, no volvió a dirigirme la palabra en todo el vuelo, al igual que ahora. Por más que intentara buscar el motivo de todo aquello, no conseguía entender el por qué. ¿Un amor prohibido? ¿Un amor destructivo? Tantas preguntas, pero ninguna con sentido propio. ¿A dónde deseaba llegar Dominique con tantas indirectas?

¿Eli? me llamó mi madre, apartando aquellos diversos pensamientos —. ¿Me has escuchado?

Oh, lo siento negué con la cabeza —. No te he escuchado.

Decía que ahora iremos a por dos taxis, para ir al hotel.

Vale asentí con la cabeza, observando a Edmé, quien se encontraba sonriéndole a un grupo de españolas . Ni te has molestado en esperarte a salir del aeropuerto para ligar rodé los ojos a un lado.

—Sabes que solo tengo ojos para ti, nena —me guiñó un ojo junto a una sonrisa divertida.

— ¿Nena? —inquirí a la vez que enarcaba una ceja sorprendida por cómo me había llamado —. ¿Así es como llamas a las chicas con las que ligas?

— ¿No te gusta? —cuestionó.

—Es patético —intervino Dominique por al lado mía —. Haces que se sientan un trozo de carne.

—Bueno, aquí llegó el consejero del amor —murmuró Edmé. — ¿Entonces me vas a decir que Olivia no es un trozo de carne para ti?

—No lo niego, lo afirmo —sentenció con la mirada fija en el frente, sin molestarse en voltearse en nuestra dirección. Cada vez la situación entre ellos era más tensa e incómoda —. Pero es absurdo llamar a las chicas de aquel modo.

—No vengas tú a darme clases de cómo ligar. No eres el más indicado —Dominique se encogió de hombros, como si aquellas palabras no le hubiesen molestado en absoluto —. Entonces, ¿no te gusta? —se dirigió a mí.

—Lo siento, pero no —hice una mueca divertida —. Simplemente llama a las chicas por su nombre. Y por favor, no confundas sus nombres con los de otras chicas como siempre te pasa.

—Y yo que creía que eso os ponía —bufó decepcionado —. ¿Qué se supone que haremos después de llegar al hotel, Lorraine? —le cuestionó Edmé a mi madre, puesto que Doriane se encontraba junto a Martin y mi preguntándole algo a un taxista.

—Nos instalaremos y ya después saldremos a visitar un poco la ciudad y a comer —comentó mi madre llamando la atención de los presentes.

¿Y dónde iremos después de comer? volvió a preguntar Edmé.

Nosotros iremos a ver un monasterio, por lo que tal vez a vosotros os apetezca quedaros en el hotel descansando hasta la hora de la cena, ya que saldremos al centro a cenar y a pasear por allí dijo esta vez Doriane, abrazando mis hombros con su brazo una vez que se encontró con nosotros —. ¿Qué os parece? se dirigió hacia nosotros tres.

Enigmático (VERSIÓN SIN EDITAR) Where stories live. Discover now