Capítulo 14

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¿Os ha gustado el arroz? nos preguntó Martin a todos los presentes.

Estaba riquísimo alagó mi madre con una grata sonrisa.

¿Cómo decías que se llamaba? esta vez mi fue mi padre quien habló, dándole un sorbo a su sangría.

Paella sentenció Doriane . Es un arroz que se come por toda España.

Algún día deberíamos de hacerlo en casa. ¡Está buenísimo! comentó mi madre sonriéndole a los padres de Dominique.

¿Y a vosotros os ha gustado? la pregunta de Doriane fue dirigida hacia Dominique, Edmé y yo.

Me ha encantado respondí con sinceridad. Nunca antes había degustado este tipo de arroz, pese a que llevaba pescado, yo lo aparté y me comí el arroz en solitario.

— ¿Podemos llevarnos el cocinero a Bergerac? —la pregunta de Edmé provocó que los presentes riésemos, a excepción de Dominique, quien observaba atento y sigiloso la escena.

¿Y a ti Dominique?él se limitó a asentir con la cabeza. Agarró su copa de vino blanco y se bebió el contenido de este en un único trago, aun sin despegar su mirada de la mía.

Esta situación resultaba ser extremadamente incómoda. Desde la escena del balcón, su humor se disparó por los aires y no volvió a dirigirme la palabra. Actuaba como si fuera inexistente, lo que me molestaba muchísimo más. Debía decir, que su bipolar actitud cada vez me atosigaba más y más.

¿Tan difícil era volver a llevarnos bien? ¿Ya no podíamos ser los mismos de antes? Cada vez que le miraba a los ojos, veía a un desconocido, y no al Dominique de hacía unos años, ni mucho menos.

Este era tan bipolar y malhumorado, que provocaba que toda persona que estuviese en su mismo espacio desease alejarse de él, o por lo menos eso me daba a entender. ¿Acaso era solo así conmigo o con el resto de personas? Dominique parecía enfadado con el mundo, pero daba la impresión de estar aun mas enfadado consigo mismo.

Eli me llamó mi padre . ¿Te apetece algo de postre? a su lado derecho se hallaba uno de los camareros del restaurante, quien se mantenía con una pequeña carta entre sus manos.

No, gracias negué con la cabeza, así como con una sonrisa —. Estoy llenísima.

— ¿Alguna infusión o café? —se dirigió el camarero a todos los presentes de la mesa, hablándonos en ingles.

A mí me gustaría un café, pero para llevar. ¿Podría ser posible? la cortesía y la educación que Dominique empleó me había asombrado.

Por supuesto afirmó el camarero —. ¿Y a ustedes?

A mí un té rojo, por favor dijo mi madre.

A mí igual, por favor recalcó Doriane.

Mi padre y Cédric pidieron café, mientras que Edmé y yo no pedimos nada, puesto que en cualquier momento el botón de nuestros pantalones saldría disparado en consecuencia de todo lo que habíamos comido.

¿Qué os ha parecido la Sagrada Familia? interrogó Martin en general.

Es genial, incluso más que en las fotos de internet dijo Edmé.

Eli le ha echado miles de fotos continuó la conversación mi madre —. Quiere pintarla en un cuadro.

¿En serio? cuestionó Doriane asombrada —. Por lo que respecta es bastante compleja de pintar. Será un gran reto.

Enigmático (VERSIÓN SIN EDITAR) Where stories live. Discover now