III.- Celeste

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III

Siempre fui una persona a la que le gustó aprender; por ello, desde el momento en que aprendí a leer, mi vida fueron los libros. En ellos podía encontrar mundos maravillosos, un sinfín de conocimientos que me deleitaban por completo. Las bibliotecas de la escuela y la ciudad siempre fueron mis lugares preferidos para hacer mis proyectos escolares, pero cada vez que podía, me llevaba a casa cuántos libros quisiera para continuar con mi aprendizaje en la comodidad de mi hogar o en algún parque o jardín, en los que adoraba leer. Siempre fue así y gracias a eso era que tenía conocimiento de una amplia cantidad de cosas, además de que mi vocabulario era extenso. En mis diecinueve años de existencia había leído de todo y saber que aún tenía mucho por descubrir en las páginas de mis compañeros infalibles los libros, me llenaba de emoción.

Siempre le dijeron a mis padres que yo era una chica prodigio; quizás porque siempre sacaba excelentes notas, pero jamás me sentí especial o superior a otros. En mi mentalidad siempre estuvo la idea de que cualquiera que se lo propusiera era capaz de sacar buenas notas; todo el mundo tenía la capacidad de conseguirlo, simplemente era que a mí me gustaba mucho leer, lo que de por sí fue una gran ventaja para mí con los estudios. Precisamente, en ese momento me dirigía a la ciudad donde se encontraría mi nueva institución educativa. Allí estaba una de las universidades más prestigiosas y de mejor calidad de enseñanza en el país; era el lugar al que estaría asistiendo todos los años que duraran mis estudios relacionados con la Fisicoquímica, que era la especialidad que deseaba ejercer. Me había visto en un dilema en cuanto a si elegir esta carrera o no, ya que las Matemáticas me gustan bastante y la Literatura de igual forma me fascinaba; pero al final opté por esta.

Con anterioridad la universidad me había enviado una solicitud para ingresar, pero en aquel tiempo papá había sido suspendido de su trabajo, lo que nos mantuvo en una etapa de problemas económicos algo ajustada, por lo que mi madrastra y yo tuvimos que trabajar para ayudarle a él con los gastos; por eso fue que el año pasado perdí la oportunidad de entrar a esta universidad. Afortunadamente, ahora papá estaba estable en su empelo nuevamente, lo que me permitió aceptar la solicitud junto con la beca, totalmente dispuesta a seguir saciándome del saber.

Por los altavoces del camión escuché el nombre de la ciudad que era mi destino, por lo que cerré el libro que leía en el camino y me dispuse a bajar del vehículo, en lo que esperaba a que me entregaran mi maleta, la que era algo grande; menos mal que contaba con un par de ruedas para transportarla con mayor facilidad. En cuanto mi equipaje estuvo en mi poder, lo sujeté bien al igual que mi bolsa de mano, la que llevaba en su interior, más que cualquier otra cosa, varios libros. Viéndome lista con todas mis pertenencias, salí de la central de autobuses y me encontré con un sitio completamente desconocido para mí. Suspiré con ligero nerviosismo. Si mal no recordaba, el edificio de departamentos en el que me quedaría a vivir estaba muy cerca de aquí. Según las indicaciones que me habían provisto, en cuanto saliera de la central debía doblar a la izquierda, entrar a la primera calle que me encontrara, caminar unas diez cuadras, doblar una vez más a la izquierda y allí estaría el complejo.

Eso fue precisamente lo que hice. Caminé por la acera de la gran avenida hasta llegar a la calle en la que debía girar y para asegurarme que iba por donde debía, volví mi cabeza para mirar mi alrededor. En efecto, allí estaba el restaurante que me serviría de referencia, por lo que supe estaba correcta. Con eso, retomé el paso adentrándome a la calle y todo hubiese continuado bien durante el trayecto de no ser porque un desconocido se colocó frente a mí, y en su mirada retorcida pude notar que no tenía muy buenas intenciones. Quise darme la vuelta para alejarme de él, pero descubrí que detrás de mí había otro par de tipos; además, estaba a mitad de la cuadra, por lo que a mi lado habían únicamente paredes. Estaba acorralada por completo.

Desastroso Reencuentro [I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora