Capítulo 4: Como en un solo día me di cuenta del sorprendente cambio en mi vida.

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Capítulo 4: Como en un solo día me di cuenta del sorprendente cambio en mi vida.

¿Alguna vez sentiste que tu día estaba siendo muy pero muy largo?

Cuanto más quieras que acabes, más tarda...

Pues así estaba sintiendo ese día, donde tuve una muy estúpida conversación con el chico de los audífonos, mi novio me quiso usar para conseguir su licencia de conducir de vuelta y acabe de darme cuenta de que actuaría al lado de Chad Gedemer, el señor amante a ignorarme y tratarme mal. Sucesos donde se sobrevalora a la realidad y con apariencia de una mal escrita ficción, claro, la vida me amaba.

Pues ese día me estaba asfixiando, ya quería que acabará, ir a mi casa y quedarme dormida, amaba dormir, y mucho más a los días en que no soñaba con él, sino con una gran montaña de chocolate. Algo irónico para mi delgada persona, que tenía la maravillosa suerte de tener un rápido proceso de digestión.

La cosa era, que seguía en esa mendiga escuela, frente al tablero de anuncios, con mis labios en una fina línea, no estaba enojada, pero si incomoda, ya que, conocía muy bien la historia de "Romeo Y Julieta" como para saber que hay alguna que otra escena de besos, y sabiendo cómo era el maestro de teatro, el señor Villepin, no pasará por alto de que el beso debía ser real... verdadero, nada de esos actuados a los cuales se debe posicionar respecto a un ángulo determinado a la visión de los espectadores.

Pero si me ponía en planes de "suponer cosas" podría terminar en que, cuando él se dé cuenta de que compartirá escenario en más de una ocasión con la inigualable persona a la que le encanta ignorar, reaccionaria de una manera muy típica de su persona, se saldrá de la obra y Danny ocuparía su puesto, no había porque alarmarse...

Mis manos empezaron a sudar, como siempre lo hacían cuando lo tenía muy cerca, de reojo pude notarlo, era más alto que yo por solo una cabeza, pero era lo suficiente para hacerme sentir pequeña.

— Vaya, vaya, miren con quién actuaré, ¡Que maravillosa sorpresa! —Su no muy grave voz habló con sarcasmo en cada silaba, provocando en mí la piel de gallina que tanto odiaba. Me volteé para verle, mis ojos verdes entraron directamente en contacto con los suyos, me veía detenidamente, esperando mi reacción a su comentario, aunque por un instante él sonrió de una rara forma que parecía haber sido un reflejo....

En ese momento creí estar soñando, claro que sí... Porque me sonrió con aquel sentimiento que no se me ocurrió palabra para describir.

"Rayos, cuanto me volvía loca ese chico..." pensé, perdiéndome en su cálida mirada, donde nada de burla reflejaba...

Pero ese momento de ensoñación no duró mucho, porque "esa" sonrisa cambió, dejó de sonreír, y su linda mirada se tornó dura, sin brillo ni nada, excepto consternación y diversión al mismo tiempo.

Al parecer me quedé con los ojos desorientados y muda por unos minutos, hasta que chasqueo sus dedos frente mi cara, el chico burlón volvió: — Hey, ¿El gato te comió tu larga lengua, chica sandía?

Sin duda, el sentimiento de odio se desarrollaba con rapidez hacia él; parpadeé varias veces saliendo de mi trance, el nudo en mi garganta cada vez se volvía más grande.

— ¿Lengua larga? Ja, que ingenioso de tu parte, idiota—respondí con desprecio y tome la iniciativa de salir de ahí, mis amigas se percataron de la fugaz escena y me vieron confusas para luego regresar a sus teléfonos.

El chico de los audífonos. [Borrador].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora