Capítulo 16: Miradas extrañas.

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Hola, hello, ¿Qué tal? Lamento el retraso, hubiera actualizado el viernes si no me hubiera en puesto en modo #LectoraObsesivaOn y la escuela con tantos trabajos y en examenes por lo que no me dejaron tocar la compu en todo el día u.u, pero, ¡es mejor tarde que nunca! ¿no? Además que el capítulo está picoso 7u7 ¡Espero lo disfruten tanto como yo al escribirlo! 


Atte

Capítulo 16: Miradas extrañas

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Capítulo 16: Miradas extrañas.

Abrí la boca sorprendida.

¿El chico de los audífonos me quería abrazar?

Creo que sigo esperando la hora en que despierte de este alocado sueño donde juego a ser la amiguita de él y me sale con señales de aprecio cuando anteriormente aseguraba que le caía mal.

Maldito bipolar, ya me estás cayendo mal.

—Creo que esas pastillas que da la enfermera traen alucinógenos—comenté mordiéndome el labio para reprimir una risa, aunque por dentro gritaba de la emoción.

—Estoy en la mayoría de mis facultades mentales, así que el hecho de querer abrazarte viene que lo necesito, y los amigos se dan abrazos, ¿eso no haces con Dylan acaso? —razonó sin dejar de verme directo a los ojos.

— Un amigo no pide permiso, simplemente lo hace—argumenté desafiante. Sí, estúpidamente tuve que ponerle peros...

— Es que no sé cómo lo recibirías vos—señaló tomando mi mano pálida.

Suspiré e intenté controlar mi respiración, su cercanía me puso nerviosa y un nudo en mi garganta se formó; lo tenía tan cerca y lejos a la vez, convirtiéndose en un hecho muy doloroso para mi roto corazón.

Aparté mi mano para que no notara mi nerviosismo y compartí contacto visual con él. —Siendo sincera, yo tampoco lo sé.

Sonrió ampliamente, al ver sus profundos hoyuelos mi corazón se ablandó y las cosquillas en mi estómago aumentaron, un lindo brillo en sus ojos esmeraldas y las cejas alzadas en señal de confusión, sin darme cuenta había retrocedido unos pasos hasta tocar con mi espalda la puerta, y estaba tan cerca de mí que juré por un momento que tenía otras intenciones.

— ¿Pero si me dejarías hacerlo en cualquier momento? —percibí un reto en su tono de voz, e hice un gesto positivo con la cabeza manteniendo su mirada.

— Sí...

Se acercó tanto a mí que cortó cualquier distancia entre nuestros cuerpos, pero en medio camino a envolverme entre sus brazos caímos al suelo.

El chico de los audífonos. [Borrador].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora