Capítulo 42: Y la curiosidad mató al gato.

4.5K 336 40
                                    

Capítulo 42: Y la curiosidad mató al gato.

Maddie.

A pesar del mal momento por el que pasé, me estaba reponiendo y seguí en la búsqueda o definición de mi "yo" verdadero, aún en el día de mi fiesta de graduación.

Y respecto a eso, existió un milagro cósmico, provocado por deidades desconocidas, ¿y saben a qué me refiero?

Sí, existió el momento donde el chico de los audífonos me dijo: "¿Quieres ir al baile de graduación conmigo, Mad?".

Obviamente que acepté con una emoción extraña. Realmente las ganas de ir al baile regresaron como una explosión de serpentinas en mi cara, ya que pensé que se me habían ido, e incluso—por primera vez en la historia—ni siquiera planeé un vestido y peinado, estilo y maquillaje. Nada de eso, que en el pasado solía planificar meses antes. Pero el ir con Chad, era más como cumplir uno de esos sueños que tuve por tanto tiempo, me hizo muy feliz, a pesar que en un principio no había tenido ánimos para ir al baile.

Así que otro fenómeno en el orden de las cosas, fue que Maddie Adkins—o sea, mi bella persona—estaba buscando un vestido un día antes del día más esperado por los adolescentes con ganas de divertirse y pasar una noche inolvidable.

Aunque tenía tantos hasta perder la cuenta, no me apeteció repetirlos como la manía que había adoptado hace años.

—¿En serio te vas a probar todos esos? —preguntó mi mejor amigo, cuando llegué a los vestidores, él estaba sentado en un sofá blanco a juego con el estilo del lugar de ropa más exclusivo de la ciudad.

—No sé qué te sorprende—repuse con una sonrisa mientras ajustaba a los quince vestidos, diferentes y hermosos que había elegido, en mi brazo.

—No lo hace en realidad, y no es que me queje... —respondió con gesto pensativo y sacando un libro que acababa de comprar de mi bolso, luego continuó con un poco de burla al final—. Pero estoy un poco cansado tras visitar tres centros comerciales gigantes donde los recorrimos cuatro veces, a cada uno, en busca de unos zapatos, y al final compraste ropa normal y maquillaje, ya que decidiste que primero comprarías el vestido y después los zapatos para que combinen, ay, no sé qué me esperará con los benditos zapatos después de esto... Oh, espera, ¡Por supuesto que lo sé!

Me reí y negué con la cabeza entrando al vestidor. Yo le pedí que me acompañara a ir de compras desde las once de la mañana, y ese día me excedí como de costumbre, porque quise mejorar mi estilo, hacerlo más natural, casual y bonito. Dejar lo costoso y la forma de vestir de una niña mimada popular.

Aunque no sentí tanta diferencia con respecto a la ropa; fue mínima, solo menos vestidos a la moda y más pantalones de lo habitual, así que decidí en que tener gusto por la ropa bonita sería una de las escasas cosas que me quedaría de la "Maddie popular".

Me quité los zapatos, la blusa y la falda, quedando en ropa interior, me observé un momento en el espejo del vestidor con paredes negras y moví mi cuerpo de modo que pudiera observar un poco a mi espalda, al ver mis cicatrices, un par de lágrimas se me escaparon y las toqué, una textura irregular resaltante en contraste con mi suave y pálida piel, pensé en que tendría que usar cicatrizante, sin embargo, sabía que no desaparecerían del todo. Mucho menos en mi alma, en ella siempre estarían.

Suspiré y tomé el primer vestido, era de un rojo lindo que me fascinaba, a Dylan le gustó mucho (Después de llevarlo conmigo tantas veces de compras, él aprendió a opinar sobre las prendas que me probaba o si salían conmigo).

Me probé los quince, y el séptimo fue el ganador, el que nos gustó a ambos. Era un poco simple, pero hermoso, de tonalidades degradas cercanas a un azul pavo real, con espalda abierta entre líneas oblicuas llenas de diamantes del mismo tono que el resto del vestido y una costura preciosa que hacía lucir muy bien a mi cuerpo.

El chico de los audífonos. [Borrador].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora