Capítulo 17: Locuras nocturnas.

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Capítulo 17: Locuras nocturnas.

Sonreí como una idiota feliz y me acerqué de nuevo a él para susurrarle al oído: — ¿Qué estamos esperando?

De repente sentí un beso en mi mejilla, rápido y cariñoso, dejándome un poco sorprendida y me tomó la mano guiándome afuera del gimnasio de la escuela donde se realizó el baile, recorrimos el estacionamiento hasta su auto con las manos entrelazadas casi corriendo.

Al llegar a su camioneta negra abrí el papel y leí, eran veinte cosas, algunas imposibles en ese momento a partir del número diez, pero las primeras estaban fáciles de hacer y con un estilo bromista, pero para hacerlas tendría que importarme nada la reacción de la gente.

— Eres consciente de que la mayoría no podríamos hacer ahora, ¿verdad? —le cuestioné cuando me abría la puerta del copiloto, pero antes que pudiera contestarme sonidos raros y golpeados llamaron nuestra atención, al buscar su origen vimos que era el auto al lado del de Chad, nos movimos para verlo y no era ni más ni menos que el deportivo amarillo de Alex Winter, con los vidrios empañados y moviéndose como una mecedora.

No pudimos evitar reírnos y él se asomó en el vidrio del copiloto, luego me vio con los ojos abiertos como platos y negó con la cabeza haciendo una mueca exagerada que intentaba ser pervertida.

Riendo me asomé por la ventana y medio percibí a un muy conocido cabello rubio, limpié el vidrio, pero no vi nada, actúe por impulso y toqué la puerta e intenté abrirla, los gemidos pararon y un golpe en el techo del auto sonó, sabía quiénes estaban allí y cuando ella abrió la ventana del copiloto con el vestido amarillo tapándole como sábana y me dirigió una mirada asesina, alcé mi teléfono y les tomé una foto, Alex estaba debajo de ella y bufó al verme.

—¡Joder! ¿¡Qué no sabes qué es la privacidad!? Y borras esa foto o te juro que...—chilló Andrea, Chad sólo estaba conteniendo una risa y negando con la cabeza, Alex intentó incorporarse a pesar de tenerla encima y también me dijo que borrara la foto.

— ¿Me juras qué? No me andes amenazando que te caerá caro, cariño, y no la borraré, sabes muy bien lo bueno de tener evidencias—Levanté el teléfono al aire moviéndolo con una mueca burlona—. Lamento haberlos interrumpido, ahora pueden seguir haciendo sus cochinadas, bye.

Caminé de vuelta al auto de Chad y éste me ayudó a subirlo, y cuando salió del estacionamiento comentó: —Sí que eres mala, ¿Para qué quieres esa foto?

—En mi mundo debes tener la ventaja siempre o te terminarán aplastando —repliqué encogiéndome de hombros mientras hacía copias de seguridad de la foto donde mi mejor amiga estaba encima del chico más popular, con novia, y mujeriego de la escuela después de Danny, y por supuesto ambos con escasez de ropa, ¿Eso que te dice? Sí, estaban teniendo sexo en el auto, bien me servía para chantajearlos y no perdería esa oportunidad por hacerme la "buena".

—Pero tampoco así, para colmo interrumpirlos, carajo, te pasas —debatió Chad conduciendo en dirección a un supermercado.

—Llámalo como quieras, no importa, ya lo hice y no puedes hacer nada al respecto, si te quedaste como mudo sólo viendo en el acto, no me vengas con pajas de que hice mal y blabla—argumenté volviéndole a ver, no superaba que anduviera con ese esmoquin negro y elegante, y para rematar su cabello estaba de una forma despeinada que lo hacía verse mucho más guapo de lo que era. Suspiré por dentro al recordar sus manos en mi cintura y labios besando mi mejilla cuando le dije que sí le acompañaría a cumplir su lista.

El chico de los audífonos. [Borrador].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora