Capitulo 4

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"El código M.144.E.000"


Dentro de un vehículo militar, Yuichiro junto con sus compañeros de escuadrón, esperaban pacientemente su llegada a Shinjuku, Shinoa una chica de cabello morado grisáceo, observó su entorno de manera picara y para romper el silencio decidió hablar sobre una leyenda urbana dentro del ejército.

- Han escuchado hablar sobre el vampiro mitad demonio – dijo Shinoa, mientras miraba a las personas a su alrededor.

- ¿Un vampiro mitad demonio? – preguntó de manera miedosa un chico de cabello marrón algo undulado.

- Sí, un vampiro mitad demonio, dicen que cuando lo vez no vivirás para contarlo – dijo Shinoa con un tono de misterio, poniéndose detrás del pobre chico asustado tocándole con sus manos sus costillas

- Sea mitad demonio o vampiro lo matare – dijo un chico de manera arrogante de cabello negro con ojos verdes.

- ¡Cállense que ya casi llegamos! – gritó Mitsuba una chica de cabello rubio amarrado en dos coletas de ojos morados.

Cambio de escena

Sumire iba de camino a Shinjuku siguiendo a Ferid Bathory, ella le prestaba atención a los alrededores porque dentro de poco se desviaría para investigar algo.

Pasando unas cuadras, la entrada a una colonia atrajo su atención.

- Aquí me desviare nos vemos Mika – le dirigió las palabras al chico a su lado. El chico frenó y la miró como si le preguntara a donde iba.

- ... ¿Te llama la atención a dónde voy, eso no es muy común de ti?... pero si quieres seguirme, iré a mi antiguo hogar - dijo Sumire mirando por un momento a Mikaela, sin embargo, parecía algo triste, pero siguió por su camino y no se desvió de el.

El viento sacudía el cabello de Sumire al compás de sus pasos, las casas en ruinas le traían buenos y malos recuerdos de su niñez, atravesar las calles para llegar a su casa le dolían más que mil estacas en el corazón, la nostalgia la invadía pero, aun tenía la absurda esperanza de ver a alguien en la casa esperando su regreso.

Cuando llegó a la entrada, el portón negro estaba destrozado, las hiervas silvestres crecieron de manera considerable, la casa de dos pisos estaba tan deteriorada que costaba trabajo reconocerla, un árbol que crecía en el patio delantero de la casa se encontraba inclinado en dirección a ella casi seco. Sumire caminó unos pasos, el crujido de sus pies al contacto de la hierba se escuchaba en todo el lugar, se dirigió a la entrada y empujó la puerta ya forzada. Observó por unos momentos desde la puerta el cielo que comenzaba a ponerse rojizo, dio un pequeño suspiro y entró a la casa.

Al igual que la parte de afuera la casa estaba desordenada y descuidada, como Sumire esperaba no había nadie, inspeccionó el piso de abajó en busca de algunas pistas, quitó algunos escombros de la sala y del comedor, sin embargo, no terminó porque la presencia de alguien la alertó.

- ¡¿Quién anda ahí?! – dijo Sumire mientras que con su alabarda apuntaba al cuello de la persona, todo fue tan rápido que no se dio cuenta de que la persona misteriosa era Mikaela, sintió un gran alivio al verlo que se dejó caer del susto.

- No me des esos sustos Mika – dijo Sumire con una respiración acelerada pero con alivio.

- Deberías dejar de hacer esto – dijo Mikaela mientras veía a la chica.

Owari no Seraph "Melody of the end"حيث تعيش القصص. اكتشف الآن