Owari no Seraph "Melody of the end"

Capitulo 8

"El inicio de la cuenta regresiva"

En la ciudad subterránea, Mikaela se dejó caer exhausto, deslizándose por la pared de piedra que se encontraba detrás de él, respiraba lentamente y de manera silenciosa, el sufrimiento de no beber sangre humana poco a poco se iba transformando en un inmenso dolor el cual casi le era imposible aguantar; con mucho esfuerzo se puso de pie y comenzó a caminar recargándose en la pared.

Llegó al aeropuerto para partir a la misión que Sumire le dijo, como espero la encontró sentada en el barandal viendo los preparativos para su partida, la chica se dio cuenta de su presencia y saludo a Mikaela con una sonrisa en su rostro.

- Hola Mika – dijo Sumire bajándose del barandal.

- Hola – regresó el saludo de manera seca.

- Será mejor que vayamos bajando... pero ¿Estás seguro de acompañarme, lo que vas a ver puede ser lo más cercano al infierno? – dijo Sumire comenzando a caminar para guiar a Mikaela.

- No importa, de todos modos Krul terminó pidiéndome que fuera a la misión-

- En ese caso ¡Vámonos! – dijo Sumire acelerando el paso.

Ambos abordaron un avión con otros soldados que Krul asigno, alrededor de 10, el camino estuvo algo silencioso hasta que Sumire se animó a preguntarle algo a Mikaela.

- ¿Ferid te dijo algo antes de llegar al aeropuerto? – preguntó Sumire rompiendo el silencio.

- ¿Por qué preguntas? – dijo Mikaela mirando a Sumire

- Veras me encontré a Ferid de camino al aeropuerto, parecía muy feliz , siento que me estaba retando –

- Me pidió que fuera mañana al consejo Progenitor, no sé qué es lo que busca lograr–

- ¿Iras? –

- No tengo de otra –

- (Esto no es bueno... debo de avisarle a Krul cualquier movimiento de Ferid...pero... que le digo... "Ferid invito a Mikaela al consejo de mañana") – pensó Sumire varias veces hasta que sus pensamientos fueron interrumpidos por Mikaela.

- ¿Qué sucede? – preguntó Mikaela mirándola a los ojos.

- Eh? Nada realmente...debemos estar listos, ya casi llegamos, – dijo Sumire tomando su alabarda.

Al aterrizar el avión, los vampiros se dirigieron a la ubicación de la secta Hyakuya, era complicado encontrar el lugar ya que usualmente este tipos de lugares los escondían como si fuera un edificio normal y en esta época era más complicado por los edificios en ruinas.

Al llegar al lugar indicado por los datos de Sumire, entraron sigilosamente, parecía un lugar como cualquiera a diferencia de que había una entrada a un sótano bastante complicada de encontrar, la luz de la luna alumbraba el edificio abandonado, gracias a ella la entrada al sótano era más fácil de visualizar; al abrir la pequeña puerta que daba al sótano todo el ambiente cambió, parecía como si fuera la entrada a un calabozo, se empezó a sentir un ambiente tenso; fue entonces cuando un vampiro de cabello café oscuro, suelto un poco antes de terminar la espalda, lacio, con un toque ondulado, llevaba un uniforme estándar algo alterado, cambiando la capa por una más pequeña que le llegaba a la mitad de la espalda; dió la orden de continuar avanzando por la entrada al sótano, Sumire nunca había visto ese vampiro.