Prostituta a temprana edad.

Que me estás haciendo?

Trabajo! Eso es lo que toca hoy y algunas cositas más, ya que cuando termine mi turno, saldré con Marx a "Dar una vuelta".

Llego al salón de belleza y la encargada me dirige al lugar donde voy trabajar, dejenme decirle que es un lugar bastante acogedor y muy bien decorado, la persona que hizo esto realmente se esmeró. A las 3 horas de haber llegado y hacer cuentos con las muchachas, llega una chica muy joven que se va a casar, me dice que la boda es en la playa por lo que el maquillaje debe de ser muy ligero, gracias a Dios que practiqué mucho con Mia y Any, aunque ellas siempre se oponían, porque no es lo mismo la teoría, a tu practicar las cosas con tus propias manos.

Pongo manos a la obra y le aplico una base y un polvo, y así sucesivamente. Ella es de color de piel blanco, por lo que se hace más fácil hacer las cosas... Cuando termino veo el resultado y me gusta, y a ella le encanta, está acorde a la ocasión ya que como dije antes, es en la playa y es de día, la muchacha le paga a la encargada y se va felíz.

Luego de eso llegan dos más: una que tiene un desfile de modelaje y la otra que se gradúa del bachiller hoy, a la del desfile de modelaje le doy un maquillaje extremadamente extravagante, a la de la graduación la maquillé ni muy sensillo, pero tampoco exagerado. Así termina mi jornada cuando mi bello prometido me pasa a buscar y me lleva a comer a un restaurante italiano.

Llegamos y me sorprendo cuando Marx me abre la puerta del auto, no es que no sea caballeroso, sino que nunca había hecho ese gesto, y eso, sin dudas, me llenó de ternura. Entramos y tomamos asiento, veo el menú y me agradan ciertas cosas, pido lo que me voy a comer ya que no tengo mucha hambre y mi amor me reprocha porque no estoy comiendo bien últimamente, me dice que tenemos que ir al médico ¡Ahí vamos con la sobreprotección! comimos y luego de ahí me dijo que teníamos que resolver un asunto, lo acompaño un poco asustada por la cara que lleva, cuando llegamos al sitio veo que es un hotel un poco lujoso, ni mucho ni poco, a la medida, lo miro y me río. Ya sé qué asuntos es que tenemos que resolver.

Entramos al hotel y veo que no nos paramos en recepción, lo miro buscando una respuesta ya que siempre uno debe pagar y eso.

- La reservé anoche amor- eso contesta a mi interrogante, ¡Wao, que atento es!

Subimos a la habitación y me gusta lo que veo, Marx me agarra de la cintura y se sienta, para luego sentarme en sus piernas, me besa y me besa y yo, correspondo, amo esos labios, podría durar ahí una eternidad. Veo que no para de besarme y mirarme a los ojos. Me imagino que el día de hoy será completamente exitante y sensual.

Luego de media hora de besos, abrazos, caricias y palabras hermosas, Marx comienza a quitar mi blusa, para su suerte, es de botón. Comienza a quitarlo uno por uno hasta que la retira, me besa el cuello y luego de, quita mi sostén, coge uno de mis senos o, mejor dicho, de sus senos, y lo mordisquea, lo lame y yo ya comienzo a estar más mojadas que el océano Pacífico. Después, agarra el otro y le hace lo mismo, comienza un baile con su lengua como si explorara cada parte de él, deposita cientos de besos en mi vientre y lo muerde y comienza a hacerme cosquillas a lo que yo me río y le grito:

- Me pasmarás el orgasmo- su carcajada ante eso retumba en la habitación y no puedo negar que me encanta verlo reír, en un momento tan excitante esa pizca de ternura aparece en mi, lo miro y él se da cuenta.

- O amor, amo cuando te pones así de tierna, pero es el momento de sacar esa fiera que llevas dentro.- yo me río.

- te pareciste mucho a esos coreógrafos cuando quieren que las bailarinas den lo mejor de sí ¡Saquen esa fiera que llevan dentro!- él se ríe, pero me mira amenazante, me imagino que piensa que convertiré el día en un día de risas, pero no es así, estoy más o igual de deseosa que él, por lo que sin pensarlo dos veces le quito la camisa y comienzo a besar su pecho, ¡Dios, cuánto amo su cuerpo!