» Capítulo 31

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Casi dos semanas después Zayn y Niall estaban en el Aeropuerto esperando que su vuelo fuese anunciado para ir a New York, Louis estaba con ellos para despedirse de ambos, la verdad es que le había parecido una tremenda locura cuando Niall le dijo que se iría con Zayn, los papás del rubio no pusieron tanta resistencia al contrario, parecían aliviados de dejarlo ir. Pero finalmente esa era la decisión de su amigo y si eso lo hacía feliz, él debía respetarla.

Se encontraban los tres en la Sala de Espera anterior a la de abordaje ya que Louis obviamente no podía entrar si no tenía un toquete de avión, así que los chicos se habían quedado con él un rato más hasta que anunciaran el abordaje a su vuelo.

—Los voy a extrañar mucho —murmuró Louis con una mueca triste.

—Estaremos de vuelta más pronto de lo que piensas —dijo Niall abrazándolo por los hombros.

—Tal vez para navidad —dijo Zayn asintiendo.

— ¿Qué? —dijo Louis en un grito ahogado—. ¡Falta mucho para eso!

—Mira el lado bueno, estaremos aquí para tu cumpleaños —dijo Zayn encogiéndose de hombros.

—Más les vale —replicó Louis amenazándolos con su dedo.

"Pasajeros del vuelo 2465 con destino a la ciudad de Nueva York, vamos a comenzar el abordaje" —anunció una voz femenina a través de los altavoces.

—Supongo que ya es hora —murmuró Niall sonriendo emocionado.

—Me voy a quedar solo —susurró Louis y sus ojos se comenzaron a llenar de agua, nunca creyó que decirle "Hasta luego" a sus amigos le dolería tanto.

—Ve andando —le dijo Niall a Zayn, este le dio un corto abrazo a Louis y entró a la Sala de Abordaje.

—Me voy a quedar solo, Niall —repitió dolorosamente aguantando las ganas de llorar.

—Voy a volver, Lou, no nos quedaremos en América para siempre —dijo abrazándolo, Louis se aferró a él como si nunca quisiera dejarlo ir.

— ¿Y mientras tanto yo a quién tengo? —dijo comenzando a llorar, Niall ya se lo veía venir, Louis era del tipo llorón.

—Tienes a Harry, tienes a Gemma, tienes a tu mamá, a Dan y si nos llamas nos tienes a nosotros también, vamos a permanecer en contacto, no tienes por qué preocuparte, Lou —dijo Niall riendo, haciendo que Louis soltara una risa entre su llanto.

—Te quiero mucho —dijo Louis besando su mejilla.

—Y yo a ti, enano —dijo Niall revolviendo el cabello del menor—. Ya me voy, no puedo dejar que el tonto de Zayn vaya solo a Nueva York.

Louis asintió y vio a Niall tomar su pequeño bolso de mano y caminar a la Sala de Abordaje, el rubio miró hacia él una vez más antes de entrar y se despidió agitando su mano izquierda y dándole una sonrisa. Louis hizo lo mismo y cuando se perdió de su vista, se secó las lágrimas y caminó a la salida del Aeropuerto con un gran vacío en su pecho.

»»»

Las cosas no habían cambiado mucho a decir verdad, Louis seguía aplicando a universidades, todas las que encontraba pero no logró pasar en unas cuantas y esperaba resultados de otras más, Jay comenzaba a notar la desesperación de su hijo por no ser admitido en ninguna universidad de las que se había presentado.

Louis se sentía desanimado, todos seguían con su vida y hacían algo mientras él se quedaba ahí, en el mismo lugar de siempre.

Era domingo y Louis se hallaba en su habitación con las cortinas cerradas, eran aproximadamente las 12:00 p.m., su madre estaba abajo con Dan muy seguramente preparando el almuerzo, Louis se había despertado hace un rato pero ni ánimos para levantarse, así que ahí estaba aún cubierto con las sabanas y mirando hacia el techo sin nada que pensar, sus días se habían convertido en una rutina que ya estaba cansado de llevar.

— ¿Lou? —murmuró su madre abriendo la puerta de su habitación, Louis hizo un pequeño movimiento que su madre notó pretendiendo estar dormido, Jay rio negando con la cabeza—. Ya sé que estás despierto, ni te molestes.

Louis suspiró sacando la cabeza de las sabanas.

— ¿Ocurre algo? —preguntó en una vocecita.

—Ya vamos a almorzar, ¿quieres bajar? —preguntó Jay sentándose a su lado. Louis asintió—. Iremos al centro comercial después, si quieres puedes venir, te compraremos lo que quieras.

—Mamá, no hace falta de verdad —dijo Louis haciendo una mueca, sabía que su madres estaba haciendo todo eso para animarlo.

—Claro que sí hace falta, hace mucho no te compras nada para ti —dijo Jay acariciando su cabello—. Anda, di que sí. No quiero que estés todo el día solo aquí.

Louis no pudo resistirse, no era culpa de su madre que él fuese un idiota que no había sido aceptado en ninguna universidad.

—Está bien —dijo Louis con una sonrisa que pareció más bien una mueca.

—Gracias por aceptar, cielo —dijo Jay besando su cabello y saliendo de la habitación, Louis se sentía como un perrito que había sido premiado por traer el juguete de vuelta.

Un rato después Louis bajó y almorzó y luego Jay subió a cambiarse para ir al centro comercial, Louis le dijo que estaba bien así pero ella insistió, nunca entendería a las mujeres.

Cuando su mamá finalmente volvió ahora cambiada y de paso arreglada subieron al carro de Dan y fueron al centro comercial, entraron a unas cuantas tiendas de ropa de hombre y Louis solo compró unos jeans y unas cuantas camisas con estampado que le gustaron, la mayoría de eran de Adidas, su mamá se quejó porque compró mucha ropa deportiva y Louis solo se encogía de hombros, era de lo poco que él consideraba que le quedaba bien.

Al final era su único hijo, no habría nada que Jay no hiciera para hacerlo feliz y Louis de verdad lo agradecía.

»»»

La primera semana de Harry de vuelta a la universidad había sido un infierno en vida, trabajos y trabajos y más trabajos era lo único que podía pensar, además de que había tenido muy poco tiempo para hablar con Louis y lo estaba extrañando demasiado, habían hecho unas cuantas llamadas y tan solo dos veces Facetime en esa semana y Harry en su ocupación no había notado nada extraño en Louis, como siempre.

Por fin era viernes, casi las 12:00 p.m., y luego de una semana ocupadísima semana Harry estaba a punto de terminar su último trabajo y así poder descansar, pero eso no era lo que Gemma estaba planeando al parecer.

Pasadas las doce Gemma apareció en la sala bastante arreglada y con una sonrisa emocionada.

— ¿Aún no terminas? —preguntó yendo hacia Harry quién la miró confundido.

—Ya casi, solo me falta la conclusión en este ensayo, ¿vas a salir?

—Vamos —corrigió, Harry la miró frunciendo el ceño automáticamente.

— ¿Vamos? Tú no me dijiste nada de salir hoy —dijo Harry haciendo una mueca graciosa.

Gemma bufó yendo a la cocina y seguido al refrigerador por un poco de agua.

— ¿Qué no te dije? Te lo he estado diciendo toda la semana, Harold. Se nota que me escuchas —dijo sentándose a su lado en la mesa del comedor.

—Lo siento, estaba muy ocupa... —Gemma hizo un gesto de "sí, lo que sea".

—Ajá, ¿vas a ir con nosotros o no? Matt viene en exactamente... —dijo mirando su reloj de mano—. Quince minutos, así que...

—Creo que puedo terminar después, sí —dijo Harry encogiéndose de hombros.

—Entonces ve a cambiarte, te espero —dijo Gemma sonriendo. Harry asintió soltando papel y lapicero y yendo a su habitación.

Un rato después cuando Matt llegó, Harry estaba cambiado y arreglando un poco su cabello una vez que estuvo listo partieron al lugar de la fiesta que había resultado ser en la casa de hermandad a la que pertenecía Matt.

Las cosas no iban a estar tan bonitas y menos tranquilas que digamos.


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